Emma Treviño/El Mañana de Nuevo Laredo
Don Agustín Posada Reyes fue sepultado por la familia Rangel creyendo que era su padre, mientras sus verdaderos hijos llevaban semanas buscándolo; ahora deberá ser exhumado para ser enterrado de nuevo, pero ahora sí en una tumba que lleve su nombre y por sus seres queridos que finalmente tendrán la certeza de que le lloran a su familiar.
Superando la ficción, el peregrinar de la familia Posada comenzó el 27 de enero, con la muerte de su padre en el IMSS por un choque séptico, pero una confusión derivó en que el cuerpo de don Agustín se entregara a otra familia; debido a la reciente práctica de sellar los ataúdes con motivo del Covid-19, los Rangel no se percataron que no era su padre.
DENUNCIAN AL IMSS
Ahora, tanto los Posada como los Rangel, demandaron al IMSS, pues ayer se presentaron en el Ministerio Público para presentar una querella en contra del Instituto.
Lamentablemente, la exhumación del cuerpo de don Agustín -que está sepultado en el Panteón del Norte- seguirá un proceso burocrático que retrasará algunos días más la intención de los Posada de depositarlo en su verdadera última morada.
“Ahora tenemos que esperar el proceso de exhumación para ver que realmente sea mi padre el que le entregaron a la familia Rangel”, expresó Maribel Posada, hija de don Agustín.
Para ambas familias lo que están pasando es una pesadilla, ahora los Rangel tendrán que volver a vivir el doloroso momento en el que tendrán que sepultar ahora sí a su padre, Jesús Rangel Méndez, 71 años, quien falleció por Covid-19, y su cuerpo se encuentra desde el 22 de enero en el hospital del IMSS, fecha en la que también ingresó Agustín.
LE LLORARON A OTRO
Aunque el cuerpo de Jesús Rangel Medina será entregado este viernes a sus hijas, 20 días después de su muerte, tiempo en que la familia Posada Mata buscaba desesperadamente el cuerpo extraviado de su padre y que les fue entregado el 29 de enero a los Rangel.
“El cuerpo de quien yo creía era mi padre me lo entregaron el 29 de enero, hicimos todo el proceso, lo enterramos en el Panteón del Norte, lo lloramos, lo sufrimos mucho, y el martes nos hablan del IMSS para decirnos que no era nuestro padre; es una verdadera impotencia esto que estamos pasando.
“Nos llamaron para identificarlo, cuando ese día me entregaron un cuerpo que no era el de mi padre, ni el IMSS ni la funeraria que contratamos nos quisieron mostrar ni fotos ni videos”, dijo Martha Alicia Rangel Camarillo, hija de don Jesús, mientras que su madre está en casa abatida por esta situación, por lo que temen por su salud.
UN SEGUNDO SEPELIO
Expresó con dolor, enojo e impotencia, que ahora sí a su hermana y cuñado los pasaron a identificar a su progenitor, por lo que cuestiona la razón por la que no les permitieron identificarlo en su momento -hace 20 días- y el martes 9 de febrero, sí.
Afirmó que es un proceso muy duro, volver a pasar esta situación, entregar de nueva cuenta el cuerpo del que sí es su padre, a la tierra.
“Ya estábamos un poco más tranquilos porque habíamos sepultado al que creíamos que era nuestro padre, y resulta que no, ya no sé si decir desgraciadamente o afortunadamente está mi padre en el hospital todavía, porque qué hubiera sido si en realidad no hubiera sido él”, expresó.
¿CUÁNTOS MÁS?
“Me siento muy triste, desgraciadamente no sé cómo les pasó esto, ¿a cuántas personas, cuántas familias están en este mismo caso?, ¿o sepultaron a otra persona que no era su familia?, igual a los que cremaron, ¿cómo saben si realmente era su familiar?”, manifestó Rangel.
Recomendó a quienes llegan a perder a un ser querido por Covid-19, esperar los 10 días que el personal del IMSS asegura que es necesario para que muera el virus en el cuerpo del cadáver, para que exijan identificarlo y no tengan que vivir por todo este proceso que pasan ambas familias, ya que es indignante lo que sucedió, sobre todo porque mientras ellos lloraron un cuerpo que no era su familiar, su padre está en la morgue del IMSS, y los Posada buscaban desesperados el cuerpo de Agustín, y ahora deben de esperar los resultados de la exhumación para confirmar que éste sí sea su padre.