Redacción ED.-
La crisis del gas natural se reflejará en este mismo mes con un incremento del 30 y 50 por ciento en los precios del energético, empeorando la liquidez de la industria alimenticia regional y empujando una escalada alcista en productos básicos.
Desde el mes pasado el costo del combustible al consumidor ya registró elevaciones entre diez y 15 por ciento, y hay temor que exista encarecimiento severo por la escasez, anticipó Luis Enrique Lara Ruiz, directivo de la Cámara Nacional del Comercio en Pequeño y Servicios (Canacope) de la zona sur.
“Prevemos que la suspensión de importaciones de Texas del combustible a México tendrá efectos muy serios en el suministro y precios hacia industrias como la restaurantera, de tortillas y panificadora, los cuales trasladarán esas alzas al público, porque los negocios no pueden absorberlos”, señaló.
De hecho, el precio del kilogramo de gas LP o de uso doméstico, al menos en Ciudad Victoria registró un deslizamiento gradual de alrededor de un peso en las últimas semanas, sin embargo, al igual que la gasolina, existen variaciones de acuerdo con la planta en que se realiza la carga.
Constatado por medio de dos notas de consumo, ambas por 30 kilogramos, el pasado 31 de diciembre el precio del kilogramo de combustible en una de las distribuidoras era de 19.54 pesos, aumentando hasta este jueves a 20.56 pesos.
De acuerdo con la información que proporciona la Comisión Reguladora de Energía (CRE), al inicio de este jueves en la Ciudad las plantas distribuidoras expenden el kilogramo de gas LP a precios que van desde 18.87 pesos hasta los 20.56 pesos.
Por su parte, el gerente de la Asociación de Industriales del Sur de Tamaulipas, A.C. (Aistac), Salvador Salazar, advirtió sobre una severa crisis que enfrentan las industrias asentadas en el Puerto Industrial de Altamira, en la zona sur de Tamaulipas, ante la notificación de reducción en el consumo de gas y la aplicación de cortes intermitentes de energía eléctrica.
Los distribuidores de gas natural notificaron a las industrias del estado que reduzcan el consumo, ante el desabasto por las condiciones climáticas adversas en el sur de Estados Unidos que ponen en riesgo el abasto ordinario.