Mariana Castañón.-
¡Hola! Mi nombre es Camila y tengo seis años. Los acabo de cumplir, hace poquito. Este año no tuve fiesta. No hay dinero, dijo mi mamá. “Y nadie está haciendo fiestas”, dijo mi papá. He visto algunos videos en Tiktok y de mis amigas que hacen caravanas, la gente pasa pitando y dejando regalos, pero tampoco se pudo, porque la amiga de mi mamá que hace pasteles, se enfermó.
No me dijeron de qué, pero yo creo que fue coronavirus. A mi tía y a mi abuelo les dio, mis papás se preocuparon mucho. Nosotros también porque dicen que es muy peligroso. La abuela de Mariana se enfermó y se murió el año pasado. Otros niños del salón también han dicho lo mismo. Por eso tengo miedo. En las noches a veces sueño que se mueren mis papás y voy a su cuarto para ver que siguen vivos.
Los niños en clases hablan de la peste. Mandaron fotos de los trajes de doctores con pico. Esos también me dan miedo. Antes de dormir me imagino que se meten a mi cuarto y nos roban. Mi prima me explicó que sólo son trajes, pero se ven muy feos. Las batas de los doctores de ahorita me gustan más. Esas no me dan miedo.
Lo que sí me asusta es que están empezando a hablar de una vacuna. Y las vacunas te pican. A mí me pusieron una cuando estaba chiquita, todavía tengo la marca. La cicatriz parece como si me hubieran encajado una uña. Por eso no quiero otra. Bueno, por eso y porque duelen. Mi hermano y yo lloramos mucho la última vez.
Pero no nos van a dejar salir sino nos la ponemos. Eso se me hace injusto. Ya llevo mucho tiempo encerrada y quiero salir. Mi mamá sí sale, va a hacer las compras y mi papá se va a trabajar todos los días, con cubrebocas. A mí me gusta ir al super porque cuando voy mi mamá me compra huevito kínder pero hace mucho que no me lleva. Dice que no me dejan entrar. Por eso mi mamá me deja en casa de mi abuela cuando va al mandado. Solo he salido a casa de mi abuela desde que empezó el coronavirus.
Cuando voy a su casa, me pongo cubrebocas. Me compraron unos de niña. Tienen dibujitos y son de colores. Yo no los escogí porque no me llevaron a la tienda. Si hubiera ido, hubiera agarrado uno color rosa, porque el mío es morado. Mi hermano tiene uno de león. Él si lo escogió porque una mamá de un compañero suyo los vende por Whatsapp y le mandó fotos. De niña no tenía.
A veces mi mamá compra cosas por Whatsapp y nos reenvía las fotos para que escojamos. Pero yo extraño las tiendas. Me gustaba comer nieve en la Sultana cuando salíamos. No sé si siga abierto. La otra vez escuché a mis papás hablar con mis tíos y decir que muchos negocios cerraron. Pienso que las jugueterías cerraron porque los niños ya no salimos y me pongo triste, porque los niños sí queremos juguetes, solo que no nos dejan salir.
No he visto a mis amigos en un buen rato. Cuando estamos en clases prenden sus cámaras, pero no tenemos recreo. El recreo era mi parte favorita de la escuela, porque jugaba en los columpios y comía flautas de la señora de la cafetería. Hace mucho que no la veo y tengo miedo que se olvide de mí, porque era muy buena conmigo. Aparte este año entré a la primaria y ya no están todos mis amigos del kínder. Unos se salieron porque sus papás no los pueden cuidar en clases y otros se cambiaron de escuela porque dicen que en la mía casi no trabajamos.
Yo siento que nos encargan mucha tarea. No me gusta estar en línea. La maestra siempre me está espiando y es muy regañona si me pongo a jugar con las muñecas. Aparte me aburro cuando explica las cosas. En persona estaba más fácil y podía platicar con mis compañeros de alado. Y ver por la ventana cuando me aburría. Ahora cuando volteo al otro lado la maestra le avisa a mi mamá y ella me regaña por Whatsapp. A veces quisiera apagar la computadora o el micrófono para que no me molesten.
Luego mi papá se desespera cuando me explica la tarea. Y yo a veces lloro porque no le entiendo. Él me dice que no llore y que le ponga atención a la maestra. Yo si trato pero no puedo. Está difícil y no me entiende. Siento que si a él lo pusieran a tener clases por computadora tampoco le entendería. Mi hermano se burla de mí y me dice burra porque no le entiendo a cosas fáciles, pero a él se las enseñaron en persona. Así estaba más fácil.
Al principio me gustaba la cuarentena porque eran como vacaciones. Todo el día jugaba y veía tele. Pero ya no está padre. Extraño a mis amigos y siento que no los voy a volver a ver. ¿Y si algunos se murieron? No he escuchado que los niños se mueran, pero dice mi mamá que puede pasar sino me pongo el cubrebocas. Espero que mis amigos no se mueran. Ni sus papás. Ni los míos.
Los adultos están siempre enojados. Ya no son tan juguetones como antes. Se la pasan hablando de dinero y de gente que se muere. Piensan que no les entendemos, pero yo si sé de qué están hablando. Están hablando del bicho. Es verde. Lo he visto en fotos. Tiene picos y creo que por esos picos te puede matar. Por eso me enseñaron a estornudar en el codo. Dijeron que toser es malo y la otra vez se me atoró el cereal en la garganta y me aguanté la tos para no morirme.
A veces me siento triste y a veces aburrida. Extraño ver a otras personas, en especial a mis amigos, porque ellos si me entienden. Hace mucho que mis papás ya no lo hacen.