Chantal Martínez Díaz.-
Cd. Victoria, Tam.-
Argentina Mercado, comunicóloga y conductora de televisión; Jéssica Gadga, artista plástica, y Mercedes Martínez Francisco, ama de casa y madre de familia, tienen algo en común: son orgullosamente tamaulipecas y diariamente demuestran en su “patria chica” de qué están hechas.
Desde ser una de las imágenes de la televisión local o una de las mujeres con mayor destreza e inteligencia para ser madres o, tener el espíritu y el alma tan fuerte al grado de ser resiliente y convertir una tragedia en arte.
Ellas tres forman parte de la galería de honor en el Día Internacional de la Mujer y aquí compartimos sus historias. Conócelas.
ARGENTINA MERCADO/ CONDUCTORA DE TELEVISIÓN
Nació en Matamoros, estudió Ciencias de la Comunicación, se ha dedicado al modelaje y desde hace ocho años es conductora de televisión, trabaja en el Grupo Televisa y actualmente es titular del noticiario vespertino. Estudia una maestría y se dice apasionada de la comunicación.
Argentina estudió Ciencias de la Comunicación, cuenta que luego de haber ido a la facultad un año fue a probar suerte a la Ciudad de México, donde radicó hasta por seis años, participó en certámenes de belleza y sesiones fotográficas.
Hasta ahora suman ocho años que ha estado en Televisa y espera sean más. Y aunque es referente y forma parte de las voces de la opinión pública, Mercado comparte que apenas hace dos años supo de las dimensiones de lo que significa salir en la televisión y con ello el impacto que puede llegar a tener con las y los demás.
Según relata, en octubre del año antepasado le detectaron cáncer de mama, le realizaron una mastectomía bilateral, que significa que ambas mamas le fueron removidas debido a que presentó el diagnóstico. A partir de ese momento le reconstruyeron, pero esa fue una situación que marcó su vida enormemente y cuando decidió contarlo al aire, vio el impacto de lo que significa estar al frente de un noticiario.
Cuando comenzó a ver que su testimonio había hecho eco en al menos una mujer, lo agradeció y siguió adelante dejando claro la importancia de la prevención y la detección oportuna.
“Obviamente te van pasando cosas y te van haciendo madurar y a partir de ahí valoro más lo que tengo”, dijo la conductora.
Respecto de este primer año de pandemia, Argentina confesó que todavía le cuesta creer lo que ha ocurrido con la pandemia. “Todavía me cuesta trabajo creerlo, a fin de cuentas somos humanos y nos adaptamos a todo, pero siempre estamos preparados, no la veía venir, la verdad es que sigo adaptándome, nunca me tocó encerrarme en mi casa. En el canal nos dijeron que si teníamos que aislarnos, los últimos que íbamos a estar ahí éramos los conductores de noticias, no llegamos a ese extremo porque siempre se trató todo con mucha disciplina, no hubo brotes, solo tuvimos dos casos, pero afortunadamente nada grave y sabemos que como comunicólogos tenemos que estar al cien siempre”.
Y añadió: “Todos los días salgo a trabajar, en esto no hay vacaciones, no hay días festivos, no hay Navidad, estoy acostumbrada a trabajar y en la pandemia no ha sido diferente”, acotó.
Respecto del impacto que pudiera tener hacia otras mujeres, Argentina acepta que como figura pública siempre hay quien esté al pendiente y por ello debe haber una congruencia en su vida.
A lo largo de su carrera cuenta que tiene notas que le han marcado, desde la primera que le tocó narrar hasta otras que mayor impacto le han causado.
Cuenta que una de las notas que le generó un gran impacto es el dar los resultados de la elección presidencial cuando ganó Andrés Manuel López Obrador. También están las otras, las de tipo social y en las que en la respuesta inmediata de la gente.
“Tenemos notas donde le pedimos ayuda a la gente, que necesita apoyo ciudadano, hay algunas en las que, si he estado a punto del llanto, me tocó mucho el tema de una señora que estaba muy enferma y necesitaba un tanque de oxígeno, si fui varias veces, son tantas historias y tanta gente que lo político se queda en el clóset”.
Como mujer le interesa que las demás se atiendan… “me di cuenta con el tema de salud, pero quizá como no soy muy activa en las redes sociales, no tenía la manera de palpar, cuando expuse fue más de una y conecté con mucha gente, me di cuenta que muchas mujeres por vergüenza o temor preferían no checarse y ahí fue cuando pude palpar ese liderazgo, esa influencia y me gustó porque fue para algo positivo”.
JÉSSICA GADGA, ARTISTA PLÁSTICA
Nació en Cruillas, Tamaulipas, estudió la primaria, secundaria y la prepa en Ciudad Victoria; de profesión es arquitecta y desde su niñez y adolescencia el arte ha sido el regalo más preciado que recibió.
Desde entonces despertó en ella el amor por las artes y gracias al apoyo de sus padres pudo desarrollarlo y convertirse en una de las mejores expositoras de nuestros días.
Uno de los recursos de su obra es la figura de la mujer, sobre las vivencias y los sentimientos, las emociones y la toma de decisiones, el desarrollo humano y la conciencia.
Una parte de su obra es una crítica social: es impactante y una clara protesta a las circunstancias por las que atraviesa nuestro país y sobre todo Tamaulipas, el Tamaulipas de las ausencias forzadas en las familias como la de ella. Y eso le ha llevado a posicionarse y ganar concursos, por ejemplo, en la Bienal doctor Pérez Romo de Aguascalientes que obtuvo el primer lugar con la obra “Princesita”, que toca el tema del feminicidio.
Jéssica Gadga lleva aproximadamente 20 años viviendo fuera de Tamaulipas, pero eso no significa que esté lejos de su tierra y de su familia; al contrario, su obra hoy en día recorre el estado a través de diversas exposiciones.
Cuenta que desde niña le gustó el arte, uno de sus regalos fueron unas clases en la casa del Arte de Ciudad Victoria, fue justo cuando se dio cuenta que quería ser artista.
Primero fue al ballet, luego recorría toda la Casa del Arte, tuvo la oportunidad de tomar clases de pintura y así fue que en la adolescencia comenzó a inquietarse y decidió dejar la danza y tomar clases de pintura.
De lo fuerte a lo romántico, de la oscuridad a la luz, así es la obra de Gadga quien ha sabido abrir brecha para las mujeres en la cultura mexicana y en el mundo del arte.
Gadga es una digna representante de México y ha sido seleccionada para montar exposiciones, algunas itinerantes para dar a conocer su obra.
Una de sus obras fue seleccionada en la bienal de las fronteras, donde comenzó a despegar un poco y tomar más en serio la misión de pintar y con ello darle voces a las mujeres y a la sociedad.
Refiere que hacerse pintora y grabadora le ha permitido dar talleres en diversas ciudades y fue así como descubrió que es importante ir a los lugares pequeños donde el acceso al arte es nulo y decirles sobre la importancia de hacerle caso al artista que llevan dentro y mostrarse como ejemplo.
MERCEDES MARTÍNEZ FRANCISCO, MADRE Y AMA DE CASA
Mercedes Martínez Francisco está a punto de cumplir 40 años, es una gran mujer que decidió ser madre, y lo hace con una gran destreza e inteligencia a pesar de las circunstancias por las que ha atravesado.
“Meche”, como le dicen, cuenta que era trabajadora en la Secretaría de Marina, era Marinera-Camarera-Panadera, estuvo en la Estación Aeronaval de la Zona Naval Militar Número 1 con sede en Tampico hasta que la obligaron a presentar la renuncia debido a que se embarazó.
Su historia fue hace 15 años, en ese entonces no hubo quién le echara la mano o la defendiera de la intransigencia de los superiores y de la violencia de la que fue objeto.
Cuenta que su trabajo era reconocido, ella en tiempo récord alistaba sus armas y también era reconocida por el orden y honestidad. Sin embargo el embarazo de su hijo Jesús ocasionó que saliera de la Marina.
“No me arrepiento de nada, mi hijo Jesús es muy inteligente y formal, estoy sumamente orgullosa de lo que es y en lo que se ha convertido”.
Hoy Mercedes es ama de casa y también trabaja, tiene su pareja y le apoya para salir adelante. Es madre de familia de cuatro y en ocasiones se dedica a cuidar bebés o apoyar en las labores del hogar.
“Te confieso que no me veo como una súper mamá, aunque déjame decirte que con las amistades que me piden apoyarlas en cuidarles a sus bebés, me he dado cuenta que sí se requiere de un amor especial por los niños y las niñas”.
A veces se trata solo de establecer rutinas y dejar que las cosas se acomoden, en las mañanas voy al trabajo (que es provisional) luego regresa a su hogar y les hace de comer a los hijos.
Ahora solo le quedan en responsabilidad dos hijos, los varones, de 15 y 13 años, respectivamente. Las dos mayores ya están casadas y han decidido formar sus familias.
En mi casa no me formaron con ideología feminista ni nada de eso, dijo, pero aseguró que hay algo en su espíritu que le permite tener conciencia, lo que al final se ve reflejado en la educación de los hijos.
Lejos quedó el sueño de seguir con la carrera de Marina, dijo, es una institución que respeta pero a la que le costó entrar por el hecho de ser mujer y más, mantenerse. No obstante su rol de madre la llena y le da mayor amor, pues está convencida que es lo que la sustenta.