diciembre 14, 2024
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marzo 24, 2021 | 172 vistas

Rogelio Rodríguez Mendoza.-

Cd. Victoria, Tam.-
“Del uno al diez, te puedo decir que once”, responde optimista Alejandro Montoya Lozano a la pregunta de qué tantas posibilidades tiene de convertirse en el próximo alcalde de Victoria.

“Y no son números míos. Son mediciones internas que hicimos para saber dónde estamos parados. Los victorenses ya están cansados de que se les engañe”, detalla en entrevista el precandidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia Municipal de Victoria.

Explica que ha recorrido la mayor parte de los 43 ejidos y 480 colonias de Victoria, y el diagnóstico es que las personas se sienten lastimadas y dolidas con los gobiernos.

Los comerciantes y empresarios están agraviados porque han sido desplazados como proveedores.

“A los pocos que les compran (los gobiernos) no les pagan”, mencionó.

La burocracia, tanto la estatal como la municipal, también está muy resentida, pero no lo dicen abiertamente por temor a represalias.

“Los amagan para que hagan promoción en favor del partido gobernante. Les obligan a retwetear. Si se niegan, los amenazan con quitarles la compensación”, narra.

Por todas esas circunstancias, insiste, Victoria merece un gran cambio.

Reconoce que también hay mucha apatía entre la población, producto del engaño de que ha sido víctima por parte de los anteriores gobiernos.

Ante ello, la solución para que la gente vuelva a confiar en un proyecto, es “no prometer lo que no se puede cumplir”.

Por eso no va a prometer resolver el tema del desabasto de agua.

“Mi compromiso será de que voy a hacer todo mi esfuerzo y a poner todo mi empeño”, refiere.

Y explica por qué: “Para ponerle fin a ese suplicio se requiere alinear la voluntad de los tres órdenes de Gobierno, porque la única alternativa es construir la segunda línea del acueducto “Guadalupe Victoria””.

“Agua hay suficiente. Lo que se ocupa es presupuesto para llevar el agua a las llaves de las casas”, cuenta.

Aclara que, por si solo el Gobierno municipal no podría pagar una obra de ese costo porque requeriría invertir el presupuesto de dos años.

En cambio, al Gobierno del Estado le implicaría destinar solamente el tres por ciento de su presupuesto anual, y a la Federación el 00.2 por ciento.

Recuerda que había 800 millones de pesos autorizados para la segunda línea del acueducto, pero el Estado decidió usarlos para sectorizar la Ciudad.

“Pero de nada sirve sectorizar la Ciudad. ¿Qué les vas a dar a las familias? ¿Aire?”, cuestiona.

Dentro del mismo contexto, niega que las limitadas prerrogativas que recibe el PRI vayan a ser una limitante en la competencia.

“El PRI fue gobierno más de 80 años y tenía buenas prerrogativas, pero aun así perdió”, ataja.

Y advierte: “los panistas nos aplicaron aquella frase que dice, “de que se van, se van”, y ahora nosotros decimos: “de que se regresan, se regresan”.

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