abril 25, 2024
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marzo 26, 2021 | 143 vistas

Chantal Martínez Díaz.-

Hace siete años, y con seis meses de embarazo, a Claudia Martínez Gallardo y a su esposo Ricardo de la Cruz les dijeron que no se hicieran ilusiones, que su hijo que venía en camino no se lograría pues presentó una malformación congénita que le impediría incluso nacer.

Hoy, Tadeo Sebastián de la Cruz Martínez es un guerrero que día a día lidia con las secuelas de lo que se llama síndrome de regresión caudal y otros padecimientos.

Claudia cuenta que el síndrome de Tadeo se debe a que no terminó de formarse, a partir de las vértebras lumbares no se desarrollaron sus huesos y órganos, los cuales son más pequeños y le impide caminar.

Por su diagnóstico, Tadeo presenta otras condiciones como vejiga neurogénica (que no tiene control de su vejiga), por lo cual utiliza pañal.

Por lo mismo, presenta recurrentemente infecciones de vías urinarias, semanas o meses en el hospital. Uno de sus riñones es muy pequeño, sus órganos del obligo para abajo son más chicos.

Actualmente esta familia no cuenta con afiliación a la seguridad social y es atendido cuando lo requiere en el Hospital Infantil, pero no cuenta con un seguimiento puntual a todos sus padecimientos.

Hasta ahora, cuenta su mamá, a un médico le interesó el expediente de Tadeo, pero por causa de la pandemia y a que la señora Claudia presentaba un embarazo, no se le pudo dar seguimiento o abrir un expediente.

Claudia cuenta que el embarazo de Tadeo fue normal, cada etapa se presentó bien hasta los seis meses, cuando le informaron sobre la malformación congénita. En ese entonces la noticia le provocó que presentara preeclampsia.

“Me dijeron que traía deformidades cuando tenía seis meses, no se estaba formando adecuadamente, no iba a poder sobrevivir, no se formaba el embrión, me dio preeclampsia. Cuando nació me dijeron que no me hiciera ilusiones, que no iba a sobrevivir”, dijo la madre.

Tadeo es oriundo de Nuevo León, allá no le dieron muchas esperanzas de vida y lo peor es que la situación de esta familia se agravó hace casi tres años cuando falleció el padre de Claudia, quien cuidaba a su mamá Cecilia Gallardo, quien presenta insuficiencia renal y requiere de hemodiálisis hasta dos veces por semana.

“Mi papá falleció de cáncer, él era el que se hacía cargo de mi mamá, tuvo un cáncer que se detectó tardíamente y que solo nos lo dejó cinco días después de internarlo en el hospital”, señaló Claudia.

A raíz de eso decidieron dejar Nuevo León y volver a Ciudad Victoria a la casa de su mamá para poder darle seguimiento a su insuficiencia renal.

“Mientras vinimos a Victoria mi esposo se quedó allá para poder tener recursos, él era empleado general en una empresa de Monterrey y yo soy de profesión enfermera, pero por ahora necesito hacerme cargo de mi mamá”.

En noviembre del año pasado, y dada la situación de la pandemia, su esposo decidió radicar con ellos aquí en Victoria, además porque Claudia estaba embarazada de su segunda hija.

Ya en Victoria, su marido buscó un trabajo por las noches como velador y por el día la ayuda con la atención de doña Cecilia para sus hemodiálisis.

En una ocasión y mientras esperaban a que en el IMSS terminaran de hemodializar a su suegra, a Ricardo (el papá de Tadeo) se le ocurrió trabajar en lavar carros para aprovechar el tiempo y por lo pronto sacar algo de dinero.

“En una ocasión Tadeo acompañó a su papá y como mi hijo es demasiado extrovertido, a él le encantó la idea de ayudarle a su papá. Ahí una persona los vio, les tomó una foto y difundió su caso en las redes sociales para que nos ayudaran”.

Esta familia no tiene apoyos sociales de ninguna dependencia, lo ha solicitado tanto a nivel federal como estatal y local, pero por ahora no ha habido respuesta de nadie.

“No hay apoyos, se ha solicitado en varias ocasiones, por una cosa u otra no contamos con ningún tipo de apoyo. Vinieron a entrevistarnos hace más de un año, desde atrás, inclusive cuando vivíamos en Nuevo León, pedía apoyo, nunca nos apoyaron”.

“Aquí en Victoria cuando entró a la escuelita, está la USAER, ellos me canalizaron con una persona del DIF, le tomaron fotografías por su condición, terminó el jardín de niños, entró a primaria, otra vez me pidieron que iban a verificar, me pidieron certificado médico, he ido a la oficina de Bienestar pero no hubo nada”, señaló.

Por ello, Claudia pidió ayuda, requieren pañales extra jumbo, requieren de apoyo de alimentación y hasta económico. El número de contacto para hacerles llegar la ayuda es el 8181 82 27 52.

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