diciembre 13, 2024
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abril 16, 2021 | 168 vistas

Chantal Martínez Díaz.-

Cd. Victoria, Tam.-
Desde hace casi un año Mateo está luchando por su vida, está dando la batalla contra una Leucemia Linfoblástica Aguda que le fue diagnosticada el 21 de agosto de 2020.

Unas semanas antes a esa fecha, Nelly, su mamá, tuvo que sacar fuerzas de donde fuera, pese al duelo por la pérdida de su esposo (que falleció de leucemia).

No obstante, en ese momento decidió hacerle frente al diagnóstico del pequeño Cristian Mateo Olazarán González, que hoy tiene dos años y cinco meses.

En plena pandemia esta familia hizo frente a la enfermedad, con la ayuda y las oraciones de la comunidad. Estuvieron en un principio rentando una casa en Ciudad Victoria, sin embargo, lo excesivo de los gastos prácticamente los estaban ahogando.

Hoy ya con más de 13 trasfusiones sanguíneas, incontables hospitalizaciones y con el tratamiento de la quimioterapia avanzado, Mateo y su mamá refuerzan su fe y mantienen la esperanza de que saldrán adelante.

Ahora de regreso en Matamoros, de donde son originarios, Nelly y Mateo hacen el esfuerzo para que cada semana el bebé reciba su quimioterapia. El pasaje de ida es pagado por el DIF Tamaulipas y para el regreso, ella y el abuelo del niño buscan los recursos para poder recibir el tratamiento en el Hospital Infantil.

Aunque bien a bien no sabe cómo es que está recibiendo el tratamiento, Mateo ingresó a un fideicomiso que le permite ser de los pacientes que sí obtienen las quimioterapias, además de que las asociaciones Voluntad contra el Cáncer y Tías del Corazón les ayudan constantemente.

La ayuda más reciente fue con medicamento y con el apoyo para recibir plaquetas.

Cada semana es un reto para ellos. Esta, por ejemplo, Nelly creyó que no volvería a ver a Mateo con vida, pues tuvo unos días difíciles en el hospital.

“La doctora dice que la temperatura que le dio es normal, su cuerpo se está defendiendo, y me dijo que sí es importante seguir yendo y viniendo, y es por eso que seguimos aquí”.

Actualmente Nelly cuenta que no puede trabajar, pues le quitarían las quimioterapias al niño, no sabe explicar por qué, solo que si le dan trabajo y la inscriben en el IMSS el tratamiento tendría costo para ella y eso es incosteable.

Afortunadamente, dijo, el Insabi les permite tomar las quimioterapias. Esta familia está agradecida por todo el apoyo que ha recibido y, aunque todavía requieren del mismo al menos cada semana, ni siquiera se atreven a solicitar más ayuda.

Nelly pidió oraciones y pañales talla grande para su bebé; no obstante, acepta que sí requieren de apoyo económico para poder viajar a Ciudad Victoria cada semana.

“Victoria nunca me dejó”, dijo Nelly.

El teléfono de contacto es el 868 183 5260. Nelly cuenta con un número de cuenta de Saldazo que le pertenece a una amiga y en donde puede recibir depósitos en efectivo a través de Oxxo o Banamex, el número es 4766840598857691.

Mateo y Nelly por lo menos tienen que erogar 700 pesos cada semana, de manera que estén en la Capital de Tamaulipas para recibir las quimioterapias.

En medio de todo Nelly toma fuerzas y asegura que uno de sus sueños por cumplir es estudiar la preparatoria, para poder sacar adelante a Mateo y a su hijo mayor Omar.

Respecto del duelo por la pérdida de su esposo, este sigue reciente, no ha podido ser sanado, Nelly compartió que él trabajaba en la construcción en Estados Unidos, donde recibió parte del tratamiento para la leucemia, sin embargo, él quiso volver a México y dejó el tratamiento. Solo duró cuatro meses con vida, en ese lapso trató de recibir tratamiento en el Hospital Alfredo Pumarejo, pero fue prácticamente inútil.

“No me gusta hablar de él, es muy difícil y todavía duele. Su enfermedad no la supe tratar, primero  murió su mamá y un año después él. Me siento triste porque me dejó sola, cuando ocupo me ayuda su familia, pero no me gusta pedirles mucho, siempre me ha gustado trabajar”, explicó.

Aunque durante todo el proceso las energías se han enfocado en el pequeño Mateo, Nelly acepta que se siente emocionalmente y físicamente cansada, pero el saber que está dando lo mejor por salvar la vida de su hijo, le da ánimos.

“Sé que estoy dando lo mejor y tengo fe que se va a salvar, claro que creo en Dios, afirmo que existe porque me ha dejado a mi Mateo”, concluyó.

4766 8405 9885 7691 Número de cuenta Saldazo

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