La exposición Meat the Future, en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford, a través de una mezcla de obras de arte e información científica busca concienciar sobre el impacto medioambiental del consumo de carne sin culpabilizar al visitante por ello.
«Comemos demasiada carne en el mundo, pero reducir nuestro consumo es una cuestión muy compleja», explica Kelly Richards, directora de la exposición.
En cincuenta años, el consumo mundial de carne se ha triplicado. En un momento de preocupación por el futuro del planeta y el sufrimiento animal, la exposición, que juega con las palabras «meat» (carne) y «meet» (conocer), combina instalaciones interactivas, un supermercado virtual, falsos platos y obras de artistas como Damien Hirst.
A la entrada, una imagen impactante: colocadas sobre un mantel, columnas de falsas hamburguesas muestran la cantidad media de carne consumida diariamente por una persona en varios países y cómo la de un británico (223 gramos) es «mucho más que la media mundial» o «las cantidades máximas recomendadas», explica John Lynch.
Según este físico especializado en el impacto medioambiental de la agricultura, «el tiempo apremia» si la humanidad quiere respetar el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC.