abril 25, 2024
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junio 2, 2021 | 161 vistas

Rogelio Rodríguez Mendoza.-

Cd. Victoria, Tam.-
Con una calificación de 5.24, los penales de Tamaulipas volvieron a reprobar el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciario 2020, realizado cada año por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Este es el tercer año consecutivo que la CNDH reprueba a los penales tamaulipecos. Lo hizo en 2018, 2019 y ahora en 2020.

De esa manera, Tamaulipas forma parte de un grupo de seis entidades con su sistema penitenciario reprobado. Las otras son: Sonora, Puebla, Sinaloa, Hidalgo y Nayarit.

Para la investigación, el organismo nacional evaluó los Centros de Ejecución de Sanciones (Cedes) de Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo y Victoria, que son los que cuentan con la mayor población penitenciaria.

De los cuatro reclusorios, solamente el de Matamoros se salvó, al lograr aprobar de panzazo el diagnóstico con una calificación de 6.89.

El penal de Nuevo Laredo fue el peor evaluado con 4.29 de calificación, seguido por el de Victoria con 4.63 y el de Reynosa con 5.15.

Los reprobados no garantizan la integridad de los internos; no garantizan una estancia digna; carecen de condiciones de gobernabilidad, y no son garantía para la reinserción social de las personas privadas de la libertad.

Lo anterior porque no cuentan con programas para la prevención y atención de incidentes de violencia. Presentan deficiencias en la alimentación que se otorga a los internos y en las instalaciones para alojar a los reos.

También presentan insuficiencia de personal de seguridad y custodia, y no cuentan con una adecuada clasificación de las personas privadas de su libertad.

Los reclusorios carecen de programas o protocolos de atención a internos pertenecientes a la comunidad LGBTITI, y tampoco cuentan con programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria.

El penal de Victoria, que fue el segundo con peor calificación, tiene deficiencias en casi todos los rubros evaluados.

De acuerdo con la CNDH, está reprobado en la separación entre hombres y mujeres; en servicios de salud; en la prevención de violación de derechos humanos y tampoco cuenta con mecanismos que permitan a los reos denunciar abusos.

No solo eso. También presenta deficiencias en alimentación; sigue teniendo autogobierno; su personal de custodia carece de suficiente capacitación y tiene presencia de actividades ilícitas.

La CNDH detalló que para la realización del análisis penitenciario se utilizaron diversos mecanismos, tanto de observación como de procesamiento de la información, a fin de que los resultados arrojados sean utilizados como áreas de oportunidad en pro del respeto y goce de los derechos humanos.

“De esta forma, el DNSP 2020 está integrado, por una parte, de las ponderaciones que fueron resultado de la aplicación de las guías de supervisión penitenciaria efectuadas a los 113 centros penitenciarios visitados a lo largo de nuestro país”, añadió.

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