Este domingo 6 de junio se están llevando a cabo las elecciones más grandes de México pues se elegirán más de 20 mil cargos políticos, entre gobernadores estatales, municipales y alcaldías, así como diputaciones federales y locales.
Es por ello por lo que las encuestas de salida son uno de los instrumentos más importantes para conocer resultados preliminares.
La diferencia con las encuestas de salida es que éstas se realizan afuera de las casillas electorales y personal capacitado se acerca a los votantes, unos minutos después de haber emitido su voto, y se registra la respuesta de manera escrita o con un dispositivo electrónico.
Básicamente, el personal se acerca a los votantes por quién votaron, ya sea partido, candidato o coalición, y su propósito es el de predecir un resultado cercano al oficial. Sin embargo sus resultados no se toman como oficiales y su objetivo no es el de dirigir el voto hacia uno u otro candidato.
La razón por la que no se pueden tomar las encuestas de salida como definitorias para los resultados es porque hay un sesgo muy grande debido a las muestras puesto que no se le pregunta a cada votante ni en todas las casillas hay personal levantando estas respuestas.
A diferencia de las encuestas electorales, las de salida no miden la aceptación de las propuestas de los candidatos entre los votantes sino una percepción de voto real en el instante y mientras se desarrollan los comicios.
