Rogelio Rodríguez Mendoza.-
Cd. Victoria, Tam.-
A pesar de la contingencia por el covid-19 y la afectación económica que padecen las familias, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se sigue ensañando con los usuarios tamaulipecos.
Mientras otras instancias locales, como las Comapas, están teniendo tolerancia con sus usuarios, la CFE no tiene compasión con los suyos: Apenas se vence el recibo de luz y procede a cortar el servicio.
“Lo peor es que luego de que ya pagas el recibo te tardan todo un día para reconectarte, lo cual es criminal en estos días en que las temperaturas han rebasado los 40 grados centígrados”, explicó doña Margarita de la Rosa, vecina de la colonia Unidad Modelo.
Cuenta que dos de sus familiares estuvieron enfermos de covid-19, y en medio del temor y la atención de los pacientes olvidó pagar el recibo de luz, por lo que le cortaron el servicio.
“Fui casi a suplicarles que me conectaran. Les dije que me urgía porque tenía familia enferma de covid y urgía la luz, pero me tardaron casi todo el día en reconectar”, detalló.
De hecho, dice indignada, tuvo que buscar a un empleado de la CFE, a través de un conocido, para que le reconectara el servicio a cambio de 200 pesos.
Las quejas contra la paraestatal son recurrentes. Diariamente, en las oficinas de la CFE sobre la calzada Luis Caballero, desde muy temprano se forman largas filas de ciudadanos que van a presentar alguna queja, ya sea por cortes del servicio o por cobros estratosféricos del servicio.
“Desde hace mucho tiempo yo pagaba en promedio de 500 a 700 pesos el consuno bimestral, pero a partir este año se me ha venido incrementando. Este recibo me llegó por casi tres mil 500 pesos. Por eso vengo, a exigir una explicación. Sé que no les voy a ganar, pero por lo menos quiero desahogar mi coraje” narró el señor Arturo Jasso, residente de la colonia Simón Torres de la Garza.
Este lunes, a las ocho horas ya había al menos 20 personas formadas en la fila de atención al cliente. Los usuarios tienen que enfrentarse también a los tratos despóticos que reciben del personal de la Comisión.
“Hasta el guardia nos pendejea…”, dice riendo y molesta una adulta mayor, que acude con la ilusión de que le disminuyan el cobro de mil 800 pesos que le están aplicando en el último bimestre.
El aumento de quejosos ocurre desde que hace casi tres años fue desaparecida la delegación estatal de la Procuraduría Federal de Protección al Consumidor (Profeco), que servía de freno a los atropellos de la CFE.
La Profeco era un gran apoyo para los usuarios, porque evitaba el corte del servicio y casi siempre ayudaba a negociar algún convenio entre las partes.
Por otra parte, personal de la paraestatal sigue realizando procedimientos arbitrarios de verificación contra domicilios y negocios, imponiendo cobros estratosféricos a decenas de usuarios bajo el argumento de que estaban robando el fluido.
Sin embargo, el procedimiento es abusivo, porque ocurre sin la presencia del usuario, dejándolo en completa indefensión.
Cuando el usuario se niega a pagar el cobro que le aplica la paraestatal, por considerarlo injusto y desproporcionado, el personal procede a cortar la luz.