En los medios de comunicación y en las redes diariamente nos saturan con publicidad recomendándonos alimentos que dicen ser nutritivos y son benéficos para nuestra salud, además de ayudarnos a tener una buena digestión.
Alimentos como cereales, jugos, yogurts, barras de avena o de granola, helados, sopas enlatadas, los productos congelados, extractos de carne de pollo o pescado, condimentos enlatados y salsas, se encuentran en este tipo de productos, que señalan que cuentan con vitaminas y minerales, además de ser ideales para el desayuno, y que cuentan con menos calorías, pero hay que tener cuidado porque en algunas ocasiones contienen riesgos a la salud.
Por lo general este tipo de ‘alimentos’ están ultraprocesados y no contienen ningún nutriente, ni quitan el hambre, al contrario, nos hacen consumir más.
Los alimentos ultraprocesados contienen más calorías, más sal, azúcar y grasa, además de aditivos alimentarios como reguladores de acidez, espesantes, antioxidantes, saborizantes, colorantes, conservantes, emulsionantes y productos químicos, entre otros más.
Muchas de estas sustancias actúan como aditivos para extender la duración del producto, su color, sabor y aroma. Por lo tanto, te recomendamos leer los ingredientes de cada producto en la etiqueta para saber si este cae en la categoría de ultraprocesado.
Una manera de advertirlo es cuando un producto tiene más de cinco ingredientes con nombres poco conocidos. Así que no lo olvides, antes de comprar lee cuidadosamente que es lo que te vas a llevar a casa, porque de eso depende tu salud.
