Con casi 10 metros de largo y hasta casi 3 metros de profundidad en algunas partes, esta piscina que cuenta con un trampolín, se convirtió en una adición bienvenida por todos en una ciudad donde no había una piscina pública al aire libre.

Keith Davison a sus casi 100 años no tiene nietos. Su única descendencia son tres hijos adultos que todavía no han tenido hijos.

“Adoptó a todo nuestros niños del vecindario, estos son sus nietos”, declaró Jessica Huebner.

Con información de: infobae.com