El verano es una de las temporadas más esperadas del año, pero es una de las épocas más delicadas, especialmente para quienes tienen piel sensible, ya que diversos factores en el ambiente pueden hacer que aparezcan alteraciones en la dermis que resultan molestas.
Manchas en la piel, hongos, descamación, dermatitis solar y enrojecimiento son sólo algunas de las alteraciones de la estación más calurosa del año y gran parte se debe a que los rayos UV, la radiación infrarroja y la luz visible, tienen un efecto mucho más fuerte al rebotar en superficies como el agua o la arena.
Cuidar nuestra piel de manera correcta puede ser sencillo si entendemos sus necesidades; Si tu piel se inflama, arde o se enrojece ante ciertas circunstancias, es momento de darle la atención necesaria y aprender a consentirla de adentro hacia afuera.
Hidratar la piel
Para hidratar la piel se necesita:
- Tomar al menos 8 vasos de agua al día o lo que tu cuerpo te pida.
- Comer frutas y vegetales con alto contenido de agua como pepino, lechuga, sandía, fresa, apio, calabaza, rábano y melón.
- Incluir alimentos ricos en vitamina A (color naranja), vitamina C (color verde) y vitamina E (aceite de oliva y cereales integrales) y consumir pescados ricos en Omega 3, 6 y 9.
- Bañarse con agua tibia y en poco tiempo, para evitar que la piel se reseque y que las cremas no se untan, se aplican con la mano a pequeñas palmaditas para mejorar la absorción.
- Es importante el uso del bloqueador solar. Si tu piel es delicada, opta por aquellos que tengan un FPS +50.
Con información de: elsoldelalaguna.com
