A través de las redes sociales, la Dirección General de Comunicación Universitaria de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) dio a conocer que la estudiante del Centro Universitario Ecatepec, Sharon Hernández del Valle, desarrolla una toalla femenina elaborada con la fibra del árbol kapok, que se distingue por su sostenibilidad y cero impactos negativos al medio ambiente, pues se trata de un material cien por ciento biodegradable.
La ganadora del segundo lugar del Concurso del Universitario Emprendedor 2021, organizada por esta misma Casa de Estudios, en la categoría Proyectos Verdes del Nivel Superior, refirió que una toalla femenina convencional o un tampón pueden tardar hasta 800 años en degradarse.
Durante su vida fértil, abundó, una mujer puede utilizar hasta cinco mil toallas o tampones, lo cual da una idea del impacto ecológico que se genera.
“Además, está documentado que, por sus componentes químicos, estos productos pueden provocar alergias, infecciones, desequilibrio hormonal y hasta cáncer”. Indicó que la fibra del árbol kapok se distingue por sus propiedades antimicrobianas y antibacterianas, así como su resistencia, ligereza y alta absorción, pero principalmente porque es totalmente biodegradable, por lo que es utilizada como sustituto para algodón absorbente en cirugías y en la elaboración de chalecos salvavidas.
“Esta fibra tiene múltiples propiedades y se degrada en máximo seis meses, así que su huella ecológica es nula, no tiene ningún impacto negativo en el medio ambiente”. La estudiante de la Licenciatura en Psicología explicó que la toalla femenina que desarrolla es cien por ciento biodegradable, de un solo uso, de apariencia física similar a las comerciales, sin fragancia, con alas y sin alas, para flujo normal, moderado y abundante, sin ninguna sustancia química que ponga en riesgo la salud de la mujer.
En este contexto, detalló que expertos de la universidad la asesoran para que, una vez que cuente con el prototipo, realizar las pruebas de laboratorio necesarias, así como los trámites legales y procedimientos para cumplir con los requisitos sanitarios para su comercialización.
Finalmente, Sharon Hernández resaltó que muchas mujeres continúan utilizando toallas sanitarias convencionales o tampones por comodidad y desconocimiento de otros productos como la copa menstrual.
“Sin duda, ello ha derivado en un serio problema ambiental de índole mundial y a mí, como universitaria, me gustaría contribuir a disminuirlo. De ahí surgió este proyecto de negocio”.