El café es una bebida mundialmente consumida, algunos lo consideran benéfico, pero a muchas personas les genera insomnio, o no pueden consumirlo debido a algún problema de salud, por lo que muchos prefieren tomar el descafeinado. Lo cierto es que el café es una bebida exquisita que tiene sus pros y sus contras.
Pero, ¿cuál es la diferencia entre uno y otro?.
El descafeinado es una variedad de café al que se le ha sometido a un proceso por el que se le ha eliminado el 98% de la cafeína.
En cuanto a su aspecto tiene un tono menos intenso, su color puede ser ligeramente menos fuerte que el del café habitual, dato que solo tiene importancia por su presentación.
Su aroma es un poco menos intenso que el café normal, ya que el proceso de eliminación de la cafeína se pierden otros nutrientes y parte del aroma que lo caracteriza.
El café clásico aporta una gran cantidad de antioxidantes, que contiene azúcar natural y te mantiene alerta, motivo por el que muchos médicos recomiendan tomar esta bebida, cantidad que disminuye considerablemente en su versión sin cafeína.
La cafeína es un compuesto que al tomarse se tenga una sensación de energía, al tomar el descafeinado no se produce esta misma sensación.
Sin embargo, el café descafeinado también es recomendado para aquellas personas que tienen problemas de diabetes o de hipertensión o padecen problemas de ansiedad.
El café es delicioso en una presentación o en otra que tiene muchos beneficios siempre y cuando se exceda en su consumo, por lo que hay que disfrutarlo con moderación.
