diciembre 14, 2024
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agosto 19, 2021 | 326 vistas

Francisco Ramos Aguirre.-

Agnès Druenne es una pintora originaria de Lobbes, Bélgica, pequeña comunidad rural que se caracteriza por sus iglesias antiguas, edificios de tejados y ser un destino turístico importante. Desde los ochenta del siglo pasado radica en Ciudad Victoria, una población de clima y costumbres diametralmente opuestas a su país. Desde su infancia, se interesó por los mapas de ruta de su padre. Gracias a estos documentos, mantuvo contacto con los espacios de la naturaleza, cercanos a su pueblo. Cuando creció, mochila al hombro decidió emprender aventuras más largas y realizó travesías por el campo, bosques, montañas y varios continentes. Esta experiencia con la vida la llevó a Nueva York, donde reafirma sus cualidades dentro de la expresión artística.

De cualquier manera, en la Capital tamaulipeca encontró el cariño de sus habitantes y un espacio de inspiración para su obra plástica.  Gracias a su trabajo permanente, a través de los años ha logrado importantes reconocimientos por los críticos de artes locales y nacionales. Por ejemplo, a pesar de las dificultades ocasionadas a la cultura por la pandemia de COVID-19, a mediados de este año una de sus pinturas fue seleccionada junto con la obra de otros treinta artistas durante el Festival Internacional Da Vinci 2021.

La exposición se abrió virtualmente al público el 18 de mayo en el Museo José Luis Cuevas de la capital del país, con motivo del Día Internacional de los Museos, donde se contó con la participación de pintores, bailarines, teatro, escultores, fotógrafos y músicos. Finalmente, las autoridades del museo celebraron una subasta a finales de julio, con obras de Coronel, Cuevas, Tamayo y la misma Agnès, con el propósito de apoyar económicamente a los trabajadores de este centro cultural.

“Desde niña me gustaba reciclar objetos y construir pequeñas obras, pero después de la preparatoria decidí entrar a una escuela de artes plásticas, aunque mi primera experiencia con el arte surgió de manera autodidacta. De cualquier manera, cuando regresé a Bélgica entré a la Universidad del Verano y tomé varios cursos y talleres sobre técnicas de la pintura. Lo mismo en Carolina del Sur”.

Aunque su arribo a la Capital tamaulipeca no se asocia con sus inicios en la actividad artística, amable y sonriente, nos recibe en su estudio y recuerda que su formación la completó en Ciudad Victoria, con maestros de pintura que durante las últimas décadas del siglo pasado, fueron contratados por las autoridades de cultura. “Pienso que en mi obra han influido numerosos artistas…bueno, desde las pinturas de las cavernas me parecen excesivamente expresivas. Con trazos, colores y estilización perfecta. Sobre todo soy fan de Leonardo da Vinci uno de mis preferidos con quien me identifico, pero en México descubrí a Francisco Toledo y Rafael Coronel, que fueron para mí una revelación cuando visité su museo en Zacatecas. Las expresiones de su rostro influyeron en mi trabajo, porque son parte del tema que plasmo en mi obra.”

Una de sus fortalezas en cuanto a la perfección del estilo que domina, es el dibujo de la anatomía humana, donde los trazos inyectan y definen su incursión en el arte contemporáneo. De la misma manera, los trabajos de acrílico, pastel y acuarela no le son desconocidos técnicamente. Alternativa a los rostros, en sus viajes temáticas incluye árboles y caracoles en su laberinto de líneas y formas que llaman su atención desde la infancia.

 

Viaje a Través del Arte

 

Conforme a la pintura de gran formato, define su sensibilidad humanística y estética que se traduce en el dominio del oficio a través de imágenes conmovedoras para los espectadores. En el Homenaje a la comunidad migrante, la artista muestra una galería de rostros, manos, y miradas sombrías de quienes acuden a la cita de un futuro incierto. La orfandad y la cerca de alambre de púas, son la línea imaginaria que divide la frontera de la soledad. En este viaje a través del arte Agnès siente en carne propia, las voces de las caravanas de forasteros que transitan camino al río Bravo.

“El tema de los migrantes es algo muy difícil, yo he vivido de los dos lados. Tanto en Estados Unidos como en Europa. En México experimentamos en tránsito migratorio de América del Sur y muchos permanecen aquí, pero también de los mexicanos que emigran al país del norte. No se puede tomar una posición real, porque por un lado se tiene que entender que el mundo es de todos, y por otro hay quienes no lo entienden así. Pienso que la pintura es un arma para denunciar, pero es muy especial porque te toca tu interior, tu alma. Los artistas debemos inspirarnos, para sensibilizar sobre el tema a la población en general”.

Respecto a la actividad y desarrollo de las corrientes plásticas actuales, Agnès considera que “…hay una decadencia monstruosa en el arte, porque para considerarse artista plástico es necesario tener conocimientos sobre composición y estética. Mucha gente produce basura y considera que es arte. Hay cosas que no entiendo…hay exposiciones, literal, donde encuentran papeles tirados en el suelo y lo consideran arte. Entonces los niños y jóvenes que acuden a las exposiciones se preguntarán ¿eso es arte?”

A lo largo del tiempo y durante talleres y cursos a los que asistí, mi relación con más artistas tamaulipecos y de otros estados de la República Mexicana se incrementó considerablemente. Producto de esta experiencia y tratando de no permanecer con los brazos cruzados sobre la promoción de nuestra obra por las instituciones culturales de Tamaulipas. De esta manera, nos integramos como delegación de la Sociedad Mexicana de Autores en Artes Plásticas con sede en la capital del país. Hasta ahora hemos participado en varias exposiciones de Texas y México.

Sobre su obra, el pintor tamaulipeco Alejandro Rosales Lugo quien realiza un estudio sobre las artes plásticas en la entidad, considera a Agnès como “…una artista de forja, dibujo y color. Sus confines son tan amplios como el cielo y su línea de dibujo es enérgica y tímida, con la amorosa condición de su vocación que desde niña y su juventud ya ligada a la vida cultural de Tamaulipas. Tímida de presencia, de dibujo audaz y vivo Agnès es una figura del arte en Tamaulipas y México…En el espejo de sus manos fuertes, capaces de atrapar al viento y drenar el río de las ideas y expresiones que corren por sus venas.”

Gracias al dominio de los idiomas inglés, francés y español se involucra cotidianamente en la lectura y estudio teórico de la pintura. Cada día, se mantiene activa en su trabajo creativo y comparte sus conocimientos con un grupo de alumnos adultos, pertenecientes al Centro de Educación y Formación Artística Universitario de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Recientemente inauguró una exposición virtual de la obra plástica de sus discípulos, la cual podemos observar a través de Youtube.

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