Diego López Bernal.-
Cd. Victoria, Tam.-
Existen enfermedades mortales que son el temor de cualquiera y otras que consumen poco a poco, pero sin reversa, a las personas que las padecen; se les llama crónico-degenerativas y están entre las principales causas de muerte del país.
Son males en la salud tan comunes que existen especialidades médicas para tratarlos, con el fin de dar al paciente si no esperanza de recuperación sí de recibir una atención de calidad, que le permita transitar este duro camino de la mano de expertos.
Ahora bien, ¿se imaginan caer en manos de una enfermedad completamente nueva y que, por lo tanto, no existe suficiente información médica para su tratamiento? Agreguemos que es una pandemia y que ha causado la muerte de cientos de miles de personas en el mundo.
Bienvenidos al mundo de covid-19, el virus que hasta este lunes le ha costado la vida a más de 253 mil mexicanos, entre ellos cinco mil 796 enfermos en Tamaulipas y, particularmente, 512 en Victoria, ciudad en la que han contraído el virus más de once mil personas.
José Luis Castillo Gutiérrez es uno de ellos. Casado con Mirna Leticia Santoyo Caamal y padre de Beatriz Alejandra y José Luis Castillo Santoyo, no solo dio positivo al covid-19 sino que tuvo que ser internado en el IMSS por la gravedad y complicaciones de la enfermedad.
En plena pandemia es inevitable llegar hasta este coronavirus en este espacio de Mi Vida, Mi Lucha, que El Diario MX presenta todos los martes con el fin de reconocer a los guerreros que han vencido a la adversidad y desean compartir su experiencia como ejemplo de vida. Conozcamos la de José Luis.
LA GRAN NOTICIA
En pleno apogeo de la pandemia en nuestro país este padre de familia se topa con lo que son los temibles síntomas que han sido ampliamente difundidos desde la aparición del covid-19 en China. Para su infortunio, le toca padecerlos y es obligatorio hacerse la prueba respectiva.
“El 15 de octubre del 2020, después de haberme aplicado la prueba para detectar el covid-19 recibí a través de mi WhatsApp el informe de resultados positivo y una serie de recomendaciones, entre las que destaco estar en aislamiento domiciliario”, señala nuestro entrevistado como punto de partida de una brutal lucha.
“Necesita seguir con las medidas de prevención, como el uso de cubrebocas, lavado de manos frecuente, higiene personal en general y la higiene frecuente de las áreas comunes, como es el baño, así como la distancia social”, fueron las primeras indicaciones que leyó a través de la pantalla de su teléfono celular.
“Al recibir la noticia, que desde el inicio es fatal, es como sentir un balde de agua fría que recorre cada parte de tu cuerpo, es entrar al mundo de la incertidumbre, del miedo, del qué voy hacer y qué va pasar”, narra José Luis para continuar y entrar en los detalles más sensibles.
“Desde que recibes la noticia empieza la lucha contra ese miedo por estar solo y esa incertidumbre; no hay más que enfrentar la realidad y diseñar una estrategia que te permita mantener la fortaleza y la esperanza de que todo estará bien, y que a quienes amas estarán igual y, lo que es mejor, a salvo.
“¿Dónde fallé? ¿Qué hice mal? Sin duda alguna son los cuestionamientos que me hice, sin embargo sabía que había extremado todas las precauciones y medidas de prevención, pero al final de cuentas no supe ni por dónde llegó el mortal virus pues siempre estuvimos en casa, ese virus con el que desde el inicio empieza una gran lucha y una carrera contra la muerte.
LA LUCHA: CARRERA VITAL
Apenas era el inicio de la dura batalla que José Luis tendría que librar para poder seguir junto a su esposa e hijos y con la única certeza del diagnóstico positivo a covid-19 su mente era más que un mar de dudas, un campo fértil para la que sería su lucha por la vida.
“El elevado número de contagios, la inexperiencia médica para el trato de estos nuevos virus impiden una atención personalizada y eficaz por parte de los distintos servicios de salud, y una vez más (como siempre sucede) solo el que puede contrata especialistas y médicos particulares hasta en casa, que a decir verdad a muchos no nos alcanza”.
“El inicio de la lucha contra la enfermedad empezó en casa, ahí en mi recámara y junto a mí, con el mismo virus, mi esposa, mi hija y una persona joven que se encarga de cuidar a mi madre, un adulto mayor de 87 años, pero por fortuna solo ella no contagiada.
“La lucha contra el mortal virus, contra la muerte misma, es desde el momento en que te diagnostican, una batalla dura, fuerte, contra un enemigo muy peligroso, que a cada segundo gana terreno en tu cuerpo, que afecta todos tus órganos vitales, que te ahoga y corta la respiración, que paraliza los pulmones y asfixia el cerebro, también tu corazón, que te quita tus fuerzas, pero en mi caso jamás la esperanza de vivir… Esa es la verdadera lucha.
“Es un proceso largo, doloroso, de reflexión y de esperanza en el día a día por superar este terrible mal que aqueja a muchos que sin quererlo les afectó enormemente, proceso que se agravó pese a los esfuerzos por mantenerme en casa y las atenciones de la compañera enfermera y amiga de trabajo Adriana Valle cuando el médico amigo de la familia, José Luis Reyna, refiere el 24 de octubre: ‘Tenemos que llevarlo al hospital, ya está muy mal’, y de nuevo el peregrinar”, señala nuestro entrevistado.
“Inicia el peregrinar para saber por quién y cómo se haría el traslado el IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) en Victoria; sin duda, Cruz Roja volvió a hacer su trabajo y me trasladan al hospital en la loma, en donde ya me esperaban”, abunda sobre este difícil trance.
“Fueron 14 días internado en el hospital, con una saturación de oxígeno baja, con temperatura muy altas, de alucinaciones. Mis peores noches fueron la del lunes 26 y del martes 27, con un ventilador al lado para ser intubado en cualquier momento.
“Noche en que vi bajar a mi padre con su atuendo blanco, como el vestido de un ángel, quien me sugería no moverme de ahí, noche en la que también abrí una puerta con un jardín verde y hermosos árboles jamás vistos en la tierra, puerta que nunca crucé, pero sí volví a cerrar.
“La lucha en el hospital fue día a día, afortunadamente el 28 de octubre las cosas fueron diferentes, el virus había cedido. En mi tranquilidad y esperanza, escucho una voz
“José, hágame un favor, vivo en esta dirección, ahí están mis hijas, si muero dígales que las amo mucho y que se cuiden mucho’, decía doña Evangelina; lamentablemente perdió su lucha contra la muerte”, recuerda aún con dolor José Luis sobre este trago amargo en su batalla por la recuperación de la salud.
ESTO AÚN NO TERMINA
“Es un proceso difícil, una pandemia que aún no termina, una lección de vida y una nueva esperanza se abre después de que me dan de alta en los primero días de noviembre, con reposo absoluto y oxígeno por 15 días más.
“Salí también con el pronóstico de no poder hacer muchas cosas, pero afortunadamente no fue cierto y hoy estoy de pie, con la esperanza de seguir en esta vida disfrutando a mis semejantes.
“A Dios gracias, a mis amigos por sus oraciones, a la gente mi sugerencia es para que cuide su salud y la de los demás, pues es un virus mortal que a todos nos afecta nos acecha; esto aún no termina”, señala al compartir esta dura experiencia.
Y qué mejor que alguien que tocó las puertas de la muerte para brindarnos consejos desinteresados: “Pensemos en los demás y en los trabajadores de la salud, esos médicos y enfermeras que no tienen opción, que están día a día en la barrera contra la muerte, ellos que también arriesgan su vida y de los cuales muchos también se han ido a causa de la irresponsabilidad de otros”.
Ya para concluir, el mensaje de José Luis Castillo no tiene desperdicio alguno, ya que el covid-19 ha tenido su mes de mayores contagios en el presente agosto, por lo que sus palabras toman una relevancia aún mayor.
“Recibir, pasar o estar en un proceso de este tipo no es fácil, las heridas que causa una pandemia de este tipo jamás se olvidan y si no quedan las secuelas o heridas en el cuerpo, quedarán por siempre en el alma.
“Por eso actuemos con responsabilidad, cuidemos y mantengamos las medidas sanitarias y con ello la esperanza de que un día nos volvamos a ver y a ser como antes”.
Así termina el testimonio de un sobreviviente del covid-19, esa terrible enfermedad que tocó las puertas de la humanidad para siempre, porque nos guste o no la vida ya no será igual después de la primera gran pandemia de tercer milenio.
En El Diario MX deseamos que estos mensajes causen reacciones positivas entre la población para salir adelante, sobre todo ante la avalancha de casos que se presentan todos los días en Tamaulipas. Crear conciencia es otro de nuestros objetivos.