Un estudio publicado en ‘Stroke’ por la Asociación Americana del Corazón, reveló que las personas menores de 60 años que pasan gran parte de su día sentados tienen un mayor riesgo de sufrir un ictus.

143.000 adultos fueron testeados por la Encuesta de Salud de la Comunidad Canadiense. La muestra estaba compuesta por personas mayores de 40 años que carecían de antecedentes de ictus y que colaboraron durante más de nueve años.

«Se cree que el tiempo de sedentarismo deteriora la glucosa, el metabolismo de los lípidos y el flujo sanguíneo, y aumenta la inflamación en el cuerpo», indicó el Dr. Raed Joundi, académico clínico de la Universidad McMaster de Ontario (Canadá). «Estos cambios, con el paso del tiempo, pueden tener efectos adversos en los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de infarto e ictus».

Durante el periodo de estudio, el 90% de los encuestados sufrieron ictus isquémicos. Este es el tipo más común y tiene lugar cuando se bloquea una arteria que suministra sangre al cerebro. En caso de que el ictus no se trate rápidamente, las células cerebrales de esa zona pueden empezar a morir por falta de oxígeno.

Para evitar caer en el sederentismo, es importante, según Asociación Americana del Corazón, realizar 150 minutos de ejercicio al día. Se puede empezar cambiando hábitos cotidianos, como estar más tiempo de pie y sentarse menos, o subir las escaleras en lugar de coger el ascensor.