abril 18, 2024
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octubre 4, 2021 | 127 vistas

Chantal Martínez Díaz.-

Hace ocho meses Maribel lanzó el primer grito de ayuda, entonces apenas tenía unos días de haber llegado de Monterrey, Nuevo León, para hacerse cargo de su mamá, quien se encuentra postrada en cama desde hace cuatro años, casi no come y lo peor es que no tienen trabajo y doña Victorina González Rivera va de mal en peor.

Al primer llamado de auxilio Maribel Rodríguez recibió ayuda de pañales para adultos, toallitas húmedas, medicamentos y algo de despensa, pero eso ya se terminó.

Ahora mismo, esta familia compuesta por estas mujeres necesita el apoyo total de la comunidad, debido a que Maribel es la única que está al cuidado de su madre, de un hermano con discapacidad y de su hijo, pues de los siete hermanos que son, solo uno la ayuda. Incluso piensa en tomar una determinación legal para que el resto aporte para la manutención de la madre.

Hoy mismo esta familia tiene varios días sin comer, (el hambre ya les caló) y la casa en la que viven (que es prestada) no tiene ventanas, puertas y el baño ni con techo cuenta.

Maribel siente pena de pedir auxilio, sobre todo porque cuenta que desde que tenía nueve años ha trabajado, en ese entonces cuidaba niños. Hoy mismo se siente entre la espada y la pared, pues no tienen ni para comer y se ve en la necesidad de solicitar ayuda.

La crisis por la que atraviesan se ha extendido demasiado. Ella se dedicaba a hornear, pero ahora no tiene ni cocina.

Su madre ocupa los pañales, sueros, ensures, medicamentos y comida.

“Yo no tengo para comparar lo que ella necesita, no puedo trabajar porque nadie me ha podido ayudar a cuidarlos”.

La señora sí cuenta con la pensión universal para el adulto mayor y con eso le compra sus medicinas y pañales, además de comida. Pero no le alcanza para todos los días.

A su hermano también lo cuida y a su hijo igual. El niño ya tiene diez años, debería ir al quinto grado pero no ha tenido dinero para inscripción, para los uniformes y útiles.

Ellos viven en la colonia Servidores Públicos en la calle Laureles Manzana 6, Lote 15, sí cuentan con agua, pero no tienen luz.

Su madre tiene 75 años y desde hace cuatro años está postrada en una cama debido a que tuvo un preinfarto que le provocó tanto miedo que dejó de caminar.

Cuentan que ahora con las lluvias se mantienen casi todo el día en un solo cuarto, porque no pueden siquiera salir al baño por el lodazal.

En abril los del Sistema DIF se la llevaron a una casa del adulto mayor, pero ahí no le fue muy bien, le regresaron a su madre más delgada, se les cayó una vez y le cambiaron su silla de ruedas por una que no funciona.

Su madre tampoco pudo estar con otra de las hijas porque no era atendida, pues no camina, tienen que cambiarle el pañal.

“No ayudan económicamente porque no trabajan, una no tiene marido, el esposo no tiene trabajo, solo un hermano mandaba 200 pesos por semana”,  señaló.

Victorina es viuda y nunca tuvo empleo, siempre se dedicó al hogar. Esta familia requiere despensa, un tambo para juntar agua, porque solo llega en las madrugadas.

Otra de las peticiones es contar con una cama antillagas, una estufa y un tanque de gas para cocinar adentro, “de perdido para tomar un café o hacerle un huevito a mi mamá- además de cobijas”, explicó.

El contacto es Maribel Rodríguez González, a quien se puede localizar en el teléfono 8119030661.

EL DATO: La desnutrición es un grave problema de salud pública en los adultos mayores. La Mayo Clinic informa sobre  las señales de advertencia y cómo ayudar a un adulto mayor a evitar la mala nutrición.

PROBLEMAS CAUSADOS POR LA DESNUTRICIÓN

La desnutrición en los adultos mayores puede provocar varios problemas de salud, incluidos los siguientes:

• Un sistema inmunitario débil, que aumenta el riesgo de infecciones

• Recuperación incorrecta de las heridas.

• Debilidad muscular y disminución de la masa ósea, lo cual puede causar caídas y fracturas.

• Mayor riesgo de hospitalización.

• Un mayor riesgo de muerte.

FACTORES QUE CONTRIBUYEN A LA DESNUTRICIÓN

Las causas de la desnutrición pueden parecer sencillas: la escasez de alimentos o una dieta carente de nutrientes. En realidad, la desnutrición es causada a menudo por una combinación de problemas físicos, sociales y psicológicos.

Por ejemplo:

• Cambios normales relacionados con la edad. Los cambios en el gusto, el olfato y el apetito generalmente disminuyen con la edad, lo que hace más difícil disfrutar de la comida y mantener hábitos alimenticios regulares.

• Enfermedad. La inflamación relacionada con las enfermedades y las enfermedades pueden contribuir a la disminución del apetito y a los cambios en la forma en que el cuerpo procesa los nutrientes.

• Deterioro de la capacidad de comer. La dificultad para masticar o tragar, la mala salud dental o la capacidad limitada para manipular vajilla pueden contribuir a la desnutrición.

• Demencia. Los problemas de conducta o de memoria a causa de la enfermedad de Alzheimer o de una demencia relacionada pueden hacer que se olviden de comer.

• Medicamentos. Algunos medicamentos pueden afectar el apetito o la capacidad de absorber nutrientes.

• Dietas restringidas. Las restricciones dietéticas para controlar las enfermedades, como los límites de sal, grasa o azúcar, también pueden contribuir a una alimentación inadecuada.

• Ingresos limitados. Los adultos mayores pueden tener problemas para comprar alimentos, especialmente si están tomando medicamentos caros.

• Menor contacto social. Es posible que los adultos mayores que comen solos no disfruten de las comidas como antes y pierdan interés en cocinar y comer.

• Acceso limitado a los alimentos. Los adultos con movimiento limitado pueden no tener acceso a los alimentos o a los tipos de alimentos adecuados.

• Depresión. El sufrimiento, la soledad, la mala salud, la falta de movimiento y otros factores podrían contribuir a la depresión, lo que causa pérdida del apetito.

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