Rogelio Rodríguez Mendoza.-
Cd. Victoria, Tam.-
Solamente el 30 por ciento de las 850 mil hectáreas que se siembran en el ciclo otoño-invierno están preparadas, lo que genera una expectativa negra para el campo, porque podrían quedarse sin sembrar muchas más de las cien mil hectáreas que no se habilitaron en el ciclo anterior, alertó Agustín Hernández Cardona.
El presidente de la Unión Regional Agrícola Ganadera del norte del estado, explicó que, por recomendación técnica, en septiembre ya debe estar preparada toda la superficie que se sembrará en el ciclo que inicia el 20 de diciembre próximo, para aprovechar la humedad que generan las lluvias.
Sin embargo, a la fecha el 70 por ciento de las tierras siguen sin preparación, porque los productores carecen de recursos económicos para pagar los trabajos.
“La gente no tiene dinero para pagar el barbecho, y eso nos hace temer que haya muchos compañeros que de plano no podrán sembrar, porque la banca privada no quiere invertir y el gobierno de plano abandonó al campo”, mencionó.
Dijo que el barbecho es un trabajo elemental porque la tierra debe ser removida al menos 30 centímetros para aprovechar la humedad de las lluvias.
Es preocupante que no se hagan los trabajos, porque septiembre es el mes más lluvioso del año, y a partir de octubre las precipitaciones disminuyen.
“En el ciclo 2020-2021 se dejaron de sembrar cien mil hectáreas, pero es muy probable que esta vez sean muchas más. Hay demasiados compañeros en cartera vencida y de plano no tienen para sembrar”, refirió.
Dijo que los agricultores no tienen ante quién acudir, porque los gobiernos están sordos a sus demandas.
Además, la delegación de la Secretaría de Agricultura está abandonada, cuando hace cuatro años era la vía a través de la cual los productores podían quejarse o solicitar apoyos.
El dirigente de los agricultores tamaulipecos advirtió que todo ella traerá un colapso para el campo y para el país, porque se disminuirá la producción de granos y el gobierno tendrá que aumentar las importaciones, con el consecuente daño económico para el país.