Si bien el invierno inicia hasta el mes de diciembre, en otoño comienzan a descender las temperaturas con los frentes fríos, por lo que las bajas temperaturas prevalecerán en los cinco meses por venir. Ante este clima, se ha dado a conocer una investigación científica que revela que las mujeres suelen sentir más frío que los hombres y explicaron por qué.
Los investigadores de la Facultad de Zoología de la Universidad de Tel Aviv, Israel, encontraron una explicación evolutiva para justificar las escenas cotidianas en las que las mujeres se abrigan, mientras que los hombres se sienten más cómodos con el aire acondicionado a pesar de las bajas temperaturas.
Una de las conclusiones indica que el fenómeno no sería exclusivo de los humanos, ya que ocurre con otros mamíferos y revela que las mujeres sienten más frío que los hombres debido al proceso de reproducción.
“Proponemos que los machos y las hembras sienten la temperatura de forma diferente. Se trata de una diferencia evolutiva incorporada entre los sistemas de detección de calor de ambos sexos, que está relacionada, entre otras cosas, con el proceso de reproducción y el cuidado de las crías”, señala la investigación.
Insistieron en que en muchas especies de mamíferos y aves las hembras prefieren lugares cálidos mientras que los machos prefieren temperaturas más frescas o de frío y que la diferencia de temperaturas está dada por sistemas sensoriales que se han desarrollado a lo largo de la evolución.
“Proponemos que los machos y las hembras sienten la temperatura de manera diferente. Esta es una diferencia evolutiva incorporada entre los sistemas de detección de calor de los dos sexos, que está relacionada, entre otras cosas, con el proceso de reproducción y el cuidado de la descendencia”, refirieron los investigadores de la Escuela de Zoología .
El estudio desarrolló un análisis estadístico y espacial de la distribución de docenas de especies de aves y murciélagos que viven en Israel, junto con una revisión exhaustiva de la literatura internacional de investigación sobre el tema.
El doctor Eran Levin, que estudia la fisiología y el comportamiento de los murciélagos, había observado en estudios anteriores que durante la época de cría los machos y las hembras tienden a segregarse, habitando los machos zonas más frías.
Por ejemplo, colonias enteras en cuevas de las laderas del monte Hermón están compuestas sólo por machos durante la época de cría, mientras que en la zona más cálida del mar de Galilea hay principalmente hembras, que dan a luz y crían allí a sus cachorros. Fue este fenómeno el que despertó su curiosidad y disparó la investigación.
En primer lugar, la separación entre hombres y mujeres reduce la competencia por los recursos del entorno y aleja a los machos que pueden ser agresivos y poner en peligro a las crías.
Entre muchos mamíferos, incluso en especies que viven en pareja o en grupos mixtos toda su vida, los machos prefieren la sombra mientras que las hembras prefieren la luz del sol, o los machos ascienden a las cumbres de las montañas mientras que las hembras permanecen en los valles.