Por Chantal Martínez Díaz.-
Mientras los padres de familia toman a la ligera que los hijos tomen alcohol o, incluso en algunos casos los enseñen a tomar, tanto pre como adolescentes están inmersos en rangos de adicciones preocupantes para la autoridad.
La Secretaría de Salud a través del Departamento de Adicciones destacó que lo anterior se debe a que tanto los niños como los jóvenes actúan por imitación y si en los hogares se consumen tanto el alcohol como otras sustancias, necesariamente en algún momento se replicarán los hábitos.
Ante tal, refiere la dependencia, se tienen que reforzar las acciones, como por ejemplo, dijo, ponerle un alto a la publicidad excesiva orientada al consumo de alcohol, incluso en los eventos deportivos, donde las empresas son las grandes patrocinadoras.
Los jóvenes “comienzan a consumir primero por imitación y después por pertenencia al grupo de iguales, en las casas no podemos decirles no tomes si alguno de los padres toman, además, en muchos casos, vemos con normalidad que los padres los enseñan a tomar, lo cual a la larga se convierte en un gran problema”, señala en su sitio de Internet la Secretaría.
Agregó que el consumo más grave no es el que se hace a diario, sino el que se hace en ocasión, pero en cantidades excesivas.
Señaló que la asociación de la ingesta de alcohol con las fiestas, diversión y eventos deportivos es una cuestión que tiene que cambiar desde los hogares.
También dijo que entre las secuelas de la adicción al alcohol se presentan daños a nivel hígado, cardiovasculares, incluso diversos tipos de cáncer como de boca, laringe estómago, de mama en mujeres; así como afecciones neurológicas, bajo peso al nacer y partos prematuros, por mencionar algunas. Además de las que dejan los accidentes asociados a su consumo
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