Francisco Ramos Aguirre.-
El muralismo, como expresión de la plástica popular mexicana se remonta al período postrevolucionario. Esta técnica alcanzó su mayor auge durante las primeras décadas del siglo XX, gracias a José Vasconcelos quien encomendó a Diego Rivera plasmar su obra en la escalinata de la Secretaría de Educación Pública y capilla de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo. A esa modalidad pictórica se sumaron David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Alfredo Zalce, Pablo O’Higgins, Raúl Anguiano y otros.
En los últimos años, numerosas bardas y paredes de edificios públicos de la capital tamaulipeca han sido habilitados como espacios, donde una nueva generación de pintores muestra sus habilidades artísticas con variadas temáticas. Lentamente, a través de la cultura visual y el arte urbano, la ciudad recupera sus características propias de una sociedad alegre, con buen humor y vitalidad que se transmiten cuando camina por las calles. Después de todo, los murales representan una galería de arte permanentemente abierta para el disfrute de sus habitantes.
El catálogo del patrimonio artístico de los victorenses ha crecido de manera potencial, pero al mismo carecemos de un registro actualizado por las autoridades correspondientes. Hablamos a partir del 2010, durante las actividades conmemorativas del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana, cuando el pintor oaxaqueño Alfredo Cardona Chacón elaboró en el recibidor de la Torre Bicentenaria los murales Alegoría de La Bandera Mortaja de los hérpes y Alegoría de la Matria.
Lo mismo destaca la obra El Carruaje de la Patria del victorense Rutilio Salinas, sobre uno de los muros de la Oficina del Registro Civil. Por ese tiempo, se colocaron dos obras más en el Boulevard Praxedis Balboa bajo el puente de la “joroba” que representan el Bernal de Horcasitas -mosaico- y un Correcaminos lamentablemente grafiteados. Mientras en el Boulevard Praxedis Balboa, aún se preserva el mural de buena factura y diseño, inspiración de varios artistas del grafitti gracias al proyecto Alas y Raíces.
Vale mencionar la obra Luces en El Bernal de Alejandro Rosales Lugo en el Archivo General e Histórico de Tamaulipas, donde destacan personajes relevantes de esta entidad. Además, en el Vestíbulo del Congreso del Estado, se encuentra la obra Historia, Cultura y Política de Tamaulipas (2015) de Guillermo Ceniceros con elementos de identidad del Estado. Mención aparte merecen los murales de formato más pequeño, pintados por el artista español Miguel Fernández y el victorense Carlos Sánchez Tirado en la Biblioteca Marte R. Gómez, sobre la Revolución Mexicana y varios personajes célebres de tamaulipecos. Uno más en el edificio histórico de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de Tamaulipas.
Lamentablemente falta recuperar un mural de mediano formato en tela, acerca de la Revolución Mexicana de la autoría de Carlos Sánchez Tirado, del cual conoce su paradero Carlos García funcionario de la Pinacoteca de Tamaulipas. Recientemente, Alejandro Rosales Lugo por amor al arte puso manos a la obra al mural Alegoría de mi Ciudad -40 metros cuadrados- que abarca buena parte del exterior de un predio propiedad de la familia Tirado en la esquina del 16 Zaragoza. Precisamente en una cuadra limpia, bien arbolada, con faroles estilo colonial, ejemplo y esfuerzo de lo que pueden lograr los vecinos bien organizados, quienes con el ejemplo predican el amor a la ciudad, siempre pendientes de conservar y enriquecer estéticamente el entorno donde habitan.
Murales del 2021
En los últimos meses de pandemia, la obra “muralística” urbana se ha incrementado gracias a un grupo de artistas a quienes sería menester que las autoridades culturales y empresarios, brinden su apoyo para el florecimiento de su obra. Me refiero en primer término a Darío Rivera, quien acaba de terminar dos murales denominados “Cultura en Jalisco” de 4.5 metros cuadrados cada uno, con elementos campiranos en el exterior del Restaurante Jalisco.
A principios de marzo, el pintor Javier Francisco Contreras Rodríguez, inició un mural que concluyó meses después en una nave del Mercado Argüelles. La obra fue promovida por un grupo de locatarios en un afán de atraer clientela y proporcionar al inmueble una faceta estética, colorida y atractiva para los visitantes. La temática se relaciona con el ambiente propio del mercado: jarros, piñatas, frutas, artesanías y diversos productos.
En noviembre de 2019 José Ángel Ruiz López bajo el seudónimo Ganel, plasmó en las paredes del Panteón de la Cruz un mural de 152 metros cuadrados. El autor especialista en arte urbano, ganó una beca del Programa PECDA del gobierno federal. Gracias a ese estímulo, fue posible concluir la obra Colora Tu Recuerdo, con motivos prehispánicos relacionados con Mictlantecuhtli o lugar del Señor de los Muertos y el Xoloitzcuintle perro pelón mexica encargado de guiar las almas al inframundo. Ruiz López, utilizó en parte de su obra la técnica del graffiti.
Recientemente con motivo del Día de Muertos el municipio de Victoria organizó mediante convocatoria, un concurso de murales en el exterior del cementerio municipal del Cero Morelos. Del total de las ocho obras participantes, resultaron ganadores del primer lugar Aldo Ortiz Reyes y Fernando Soto Sánchez en las modalidades graffiti y tradicional. La temática se relaciona con el ritual o culto a los difuntos, es decir catrinas, calaveras, altares de muertos, flores de cempaosúchil, ofrendas fúnebres y fiesta del Xantolo.
Por su parte la artista Michelle Becerra es autora del mural geométrico In Lak’ Ech de 18 metros cuadrados, que simboliza el equilibrio de nuestro planeta a través de elementos del espíritu, agua, fuego, tierra y aire. Esta obra se puede admirar en la calle Ocho y Nueve Chihuahua. El embellecimiento de la Ciudad a través del arte o callejero, nos ayuda no sólo a recuperar los espacios púbicos en ocasiones en abandono, sino también a reconocer el talento de los artistas, despertar el interés de los transeúntes por las manifestaciones estéticas y cuidar nuestro patrimonio.