diciembre 15, 2024
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noviembre 18, 2021 | 208 vistas

Rogelio Rodríguez Mendoza.-

Cd. Victoria, Tam.-
Los diputados locales volvieron a las andadas: por enésima ocasión convirtieron el salón de plenos en una pista circense, para protagonizar un show en el que la diversión de los presentes fueron los insultos, los gritos estridentes y los aplausos sin causa, en defensa, unos, los de Morena, del gobierno de la autollamada “Cuarta Transformación”, y otros, los del PAN, del gobierno estatal.

Durante más de una hora, en el punto de asuntos generales de la sesión ordinaria, usaron la tribuna para agrandar el descrédito social de la figura del diputado, con sus acusaciones de chapulines, violadores, traidores, y otros adjetivos que se intercambiaron.

Con ello rompieron un acuerdo que habían tomado en la Junta de Coordinación Política, al inicio de la legislatura, para dignificar el debate parlamentario.

Todo comenzó cuando el panista, Carlos Fernández Altamirano, llevó a tribuna el tema del presupuesto federal para el 2022, aprobado por la Cámara federal, “sin cambiarle una sola coma”.

“Aprobaron un presupuesto donde el daño es inminente para Tamaulipas. Es un presupuesto que apuesta a la construcción de clientelas electorales y obras faraónicas que solo dan gusto al presidente” acusó, entre aplausos de sus compañeros, tras precisar que la entidad dejará de recibir mil 300 millones de pesos.

Desde su curul, el coordinador de la bancada morenista, Armando Zertuche Zuani, comenzó a instruir a los suyos para responder. Envío primero a la diputada, Magaly Deandar Robinson.

“La oposición miente. En realidad se aprobó un presupuesto que dará atención a los más pobres y las causas justas”, dijo la legisladora por Reynosa.

Y añadió: “Deben dejar de lado las politiquerías y reconocer que, con el presupuesto se ampliarán los programas sociales. Lo que pasa es que antes lo primero eran sus bolsillos. Si tanto les preocupa, pues empiecen renunciando al gasto de más de 600 millones de pesos para imagen y difusión personal del gobernador”.

Su compañera, Úrsula Salazar Mojica, la sobrina de Andrés Manuel López Obrador, calificó de parásito al gobierno de Tamaulipas, y advirtió a los panistas que ya no pueden engañar a los ciudadanos.

Mientras eso sucedía en la tribuna, en la bancada panista sus integrantes se distraían con el celular, tomando café, o contándose anécdotas chistosas entre ellos. Sandra Luz García Guajardo, nunca dejó de mensajear, por eso ni se enteró de lo que sucedía en tribuna. Su coordinador, Luis René Cantú Galván, “El Cachorro”, de plano se ausentó del salón de plenos.

El priista, Edgardo Melhem Salinas, “mataba” el tiempo hablando por celular, mientras que el representante de Movimiento Ciudadano (MC), Gustavo Cárdenas Gutiérrez, se divertía a lo grande con lo que sucedía entre panistas y morenistas.

“Se puso bueno el debate”, gritó en algún momento Cárdenas.

La arremetida morenista continuó. Humberto Prieto Herrera presumió que, “los gobiernos de Morena saben gobernar, por eso ganamos once de 15 gubernaturas, y el año próximo vamos a ganar seis de seis”.

Casandra de los Santos, también morenista, secundó el augurio electoral: “los tamaulipecos tenemos memoria, por eso perdieron la mayoría en el Congreso, y por eso sufrirán una nueva derrota”.

La respuesta les vino de su excompañera y ahora diputada panista, Leticia Sánchez Guillermo. Les exigió que salgan a caminar por sus distritos para que conozcan las necesidades de los ciudadanos.

“Por eso están todos güeritos, porque ni el sol les da”, les dijo.

Y luego subió de tono las acusaciones: “Es más, ni cara tienen para venir a gritar aquí. En Morena muchos son del PRI. No se hagan. Además, aquí han solapado a violadores. Aquí tienen uno, está denunciado. ¿No dice AMLO que no va a sudar calenturas ajenas?”.

Ya no la pararon: “Dejen de engañar a la gente. La gente está desilusionada de Morena”, gritó, entre la rechifla de los diputados del partido guinda y los aplausos y risas de los panistas.

A un morenista lo llamó “chapulín”, porque brincó del desaparecido Partido Encuentro Social (PES), a Morena.

“No les gusta que les digan sus verdades, pero el que se lleva se aguanta”, advirtió, mientras el presidente de la mesa directiva, Jesús Suárez Mata, intentaba, inútilmente, poner orden.

“Diputados, no se permiten los diálogos. Orden, orden, por favor”, exhortaba el petrolero, pero nadie le hacía caso.

Zertuche Zuani mandó a la pista a Eliphaleth Gómez Lozano, para que recordara a Sánchez Guillermo, que ella también pecó de “chapulín” al  haber brincado de Morena al PAN.

A partir de ahí, las cosas se descontrolaron por completo. La morenista Magaly Deandar Robinson, regresó a tribuna, con una servilleta en mano, con la intención de clarificar el reparto presupuestal para Tamaulipas, pero terminó haciéndose bolas, y la panista, Imelda Sanmiguel Sánchez no perdió la oportunidad para exhibirla.

“Le voy a prestar otra servilleta porque no le apuntaron bien los números” le dijo la neolaredense.

También para Gómez Lozano tuvo: le recordó que durante 20 años fue priista, y a Humberto Prieto Herrera le refrescó la memoria con su tránsito por el PAN, en calidad de diputado federal.

Para entonces, el coordinador de los panistas, Cantú Galván, ya estaba de regreso. Pidió que le abrieran el micrófono de su curul. Le quiso hacer al orador pulcro y experto, pero solo mostró su incapacidad para hilar argumentos.

“Creo que se ha discutido de más el tema. Los datos no los trae bien Morena. Realmente lo que han hablado es sin argumentos, ni sustento, para ganar mediáticamente una nota” expuso, y a cambio recibió chiflidos y gritos desde el ala morenista.

“Midan la cola porque la traen larga”, contestó Cantú, riendo como si festejara una travesura. Apenas terminó su intervención, se fue a reunir y abrazar con el coordinador de Morena, Zertuche Zuani, y con el priista, Melhem Salinas.

Por su parte, el emecista, Cárdenas Gutiérrez pedía poner fin al show: ¡es un empate, es un empate!, gritaba.

Un reportero soltó una frase lapidaria: “Es más seria, y tiene más credibilidad, una función de lucha libre”.

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