diciembre 15, 2024
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noviembre 23, 2021 | 196 vistas

Este pasado fin de semana se estrenó tanto a nivel nacional e internacional la esperada película “Cazafantasmas: El Legado”, la película del director Jason Reitman, que en su momento presento en la premiere del Festival de Cine de Morelia 2021 y que regresa al gran clásico de los años 80 en el que se conjugan tantos elementos que a veces los olvidamos con esta tercera parte oficial de la popular franquicia retoma la saga de su padre Ivan Reitman y logra un filme demodé, que funciona como homenaje y tributo.

Les recuerdo cuando en el año de 2016 el cineasta Paul Feig estrenó su versión de “Cazafantasmas” con las actrices Melissa McCarthy, Kristen Wiig, Kate McKinnon y Leslie Jones muchos de los fans y críticos de cine de la saga la vieron herido su orgullo masculino y desde ahí la fustigaron injustamente, porque la comedia de Feig era muy buena; aunque no solo eso, era también una reinterpretación ajustadísima de la película original de 1984.

Me explico: “Los Cazafantasmas” surgió en la década de los años ochenta en pleno auge del cine fantástico, pero en verdad su relación con la aventura, la ciencia ficción y el terror era lateral. Si bien no creo que haya surgido como contra-respuesta a todo aquello, “Los Cazafantasmas” era fundamentalmente una comedia hecha detrás y delante de cámaras por gente probada en el género y que llegaba aquí, tal vez, a un público que nunca imaginó llegar.

No es muy ilógico entonces pensar en las actrices de la versión de 2016 -todas geniales comediantes- como otro grupo dispuesto a romper con lo establecido a través de la risa, como lo hicieron en su momento el director Ivan Reitman, con los actores Dan Aykroyd, Bill Murray y compañía. Entre tanto reboot, remake, secuela, franquicia y saga interminables, llega entonces una nueva película de “Cazafantasmas”, que busca borrar lo hecho por Feig y trazar lazos con del 1984.

En la trama de la historia nos lleva a la vida de Callie (Carrie Coon), quien debe lidiar con la falta de dinero, además de sus dos hijos: Phoebe (McKenna Grace) y Trevor (Finn Wolfhard), tras un suceso inesperado ella se va al pequeño pueblo de Summerville en el estado de Oklahoma, ahí comienzan una vida nueva y también una conexión con los “Cazafantasmas” originales y el legado secreto que les dejó su abuelo. Cada personaje tiene una relación cercana con su ancestro y poco a poco van descubriendo esa alianza.

La primera es Phoebe, quien no le teme a nada, es segura de sí misma, aunque le cuesta trabajo hacer amigos y conseguir que se rían de sus chistes, ella es la que descubre y repara, paso a paso la máquina para cazar fantasmas. Trevor es un joven de 15 años de edad, sabe de mecánica y es el que se encarga de arreglar el viejo auto Cadillac Miller-Meteor, sí, el mismo coche clásico. Finalmente, Callie, es una madre soltera que se encarga de sacar adelante a su familia, pero además tiene una especie de resentimiento con su padre porque la abandonó.

El grupo no estaría completo sin el profesor de la escuela de Phoebe, el Sr. Grooberson (Paul Rudd), un sismólogo experto que anhela saber la razón por la qué hay movimientos sísmicos en el pueblo. Asimismo, está el nuevo amigo de Phoebe, el pequeño Podcast (Logan Kim), un personaje que está obsesionado con la historia del pueblo, en especial con una mina que cerró sus puertas tras algunos sucesos inexplicables. También está Lucky (Celeste O´Connor), la chica de la que se ha enamorado Trevor.

Lo primero que se observa es una operación extraña: no estamos específicamente ante una comedia aunque haya algo de humor, sino más bien frente a una película de ciencia ficción y horror adolescente, como muchas de las películas de ciencia ficción y terror adolescentes que se hacían en los años 80’s, fundamentalmente con Steven Spielberg como productor. Y si aquel artefacto extrañamente exitoso dirigido por Iván Reitman se apropiaba de la fantasía en el Hollywood de entonces, también es cierto que parecía jugar en sorna con algunas humoradas un poco pasadas de rosca para el ATP.

Es decir, “Ghostbusters: El Legado es Cazafantasmas” pasado por el filtro de la serie “Stranger Things”, incluyendo a Finn Wolfhard en el reparto y a una Mckenna Grace en plan Millie Bobby Brown. Y todo esto que parecería una traición al material original, en verdad encuentra su coherencia a partir de la presencia de Jason Reitman en la dirección. Reitman no solo que demuestra saber balancear su registro más indie con las exigencias del mainstream y los efectos especiales, sino que además es el hijo de Iván, y por eso la película termina siendo sobre todo un homenaje.

Uno justo, medido, controlado y fundamentalmente honesto. Cuando su papá estrenó “Los Cazafantasmas”, Jason tenía siete años. No suena ilógico, pues, que todo lo que hay dentro de esta película forme parte de la educación sentimental del director. “Ghostbusters: El Legado” es cine familiar, porque está hecho para la familia y producido por una familia. Y es una película que habla de recomponer vínculos, en un final que es puro fanservice, pero del bueno, del que encuentra un justificativo en los materiales que trabaja. Pero, nuevamente, ése es un problema para la popular franquicia de la compañía fílmica de Sony Pictures.

A diferencia de otras populares sagas como “Jurassic Park” o “Rocky”, “Ghosbusters” todavía depende del equipo original. Aún no ha logrado que respire por sí sola con una historia sobre un grupo de personas, quienes sean, que se unen para cazar a los traviesos fantasmas. Esto es lo que intentó en su momento la película de Paul Feig en el año de 2016, pero lamentablemente no logró el éxito taquillero deseado por Sony. Hasta ahí llegó dicho ese muy buen reboot.

Le otorgo a esta cinta mi 8.5 de calificación, con parte del elenco original de la mítica película “Cazafantasmas”, esta es una historia nueva dirigida por Jason Reitman el hijo de Iván Reitman, director de ese gran clásico y con un año de retraso parece que finalmente pudimos ver en los cines mexicanos “Ghostbusters: El Legado” que sus atractivos avances nos la planteaban como la comedia familiar de este 2021.

Mientras que la película original de 1984 se enfocó en unos adultos luchando por atrapar fantasmas en la Gran Manzana, “Ghostbusters: El Legado” toma la sabia decisión de trasladar la acción a un poblado pequeño. De esta forma puede justificar tener a unos niños como protagonistas. De otra manera, se habría sentido demasiado forzado que alumnos de secundaria se movieran por una ciudad de Nueva York como si nada.

Sin embargo, aún así se siente forzado ver a preadolescentes manejar equipos grandes, un automóvil que no ha sido usado en años y descifrar problemas físicos y matemáticos. Vamos, ni los Goonies hacían tanto. Al ser esta una secuela directa de lo último que conocimos de esta pandilla de cazadores de lo sobrenatural la película se desmarca del reinicio que planteó la no menos buena “Las Cazafantasmas” en 2016.

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