abril 20, 2024
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noviembre 26, 2021 | 327 vistas

Dhena Mansur Sánchez.-

Con la más firme intención de cumplir con su nueva encomienda Oscar Efraín Tamez Villarreal se convierte en el Quinto Obispo en la historia de la Diócesis de Ciudad Victoria a sus 48 años años de edad.

En entrevista exclusiva, confesó sentirse acogido en el que fue su recorrido de cerca con los feligreses, en su llegada a la capital siendo esta solo un día antes de este gran acercamiento, en el que se procuró también el hacerlo sentir en casa, escogiendo por ese motivo una entrevista hogareña, cálida, precisamente en el domicilio del entrevistador y de la que emanara una charla que permitiera a nuestra entidad conocerlo a fondo.

Dijo también estar muy emocionado y calificó su recibimiento como sorprendente, tanto en tierras tamaulipecas así como en comunidades de feligreses.

Y así fue, más adelante les platicaremos de esta amena charla en donde el nuevo jerarca católico de los capitalinos mostró el lado sensible de uno de los líderes de los sectores más importantes de la sociedad.

De trato agradable, de plática sencilla, pero con amplio conocimiento de causa, un estudiante de Filosofía que a la vez cuenta con gran simpatía y carisma.

¿Quién es Oscar Efraín Tamez Villarreal?

“Soy una persona alegre” – respondió sin pausas ni titubeos – “alguien a quien desde niño sus padres le inculcaron los valores del trabajo y de la responsabilidad, valores que considero muy marcados desde mi niñez, al igual que el valor de la solidaridad. Me considero amiguero siendo un ser humano que ama la convivencia.

UN OBISPO MARATONISTA

Realizó sus estudios normales y no entró a la universidad para poder ingresar al seminario a la corta edad de 19 años, teniendo diez de formación, 18 como sacerdote y casi cinco dentro del ministerio episcopal.

Sorprendió el momento en el que compartió su hobbie siendo este el de maratonista, ama correr y eso nos da una muestra de un fuerte grado de disciplina en su persona.

¿Recuerda algún momento que lo haya marcado y que le haya dicho que este era el camino a seguir?

“Mi momento fue hace cinco años, cuando me avisaron que sería Obispo auxiliar en Monterrey, Nuevo León, yo les puedo decir que cuando una persona entra al seminario uno siempre sueña con la noche previa a la ordenación sacerdotal, esa noche yo la soñé, pero jamás soñé con el día previo a la ordenación episcopal, nunca cruzó por mi mente el convertirme en Obispo. Yo siempre le pedí a Dios ser buen sacerdote y buen párroco, entonces puedo decirte con fecha exacta que esa noche de octubre de 2016 fue el momento que me marcó, cuando el Papa Francisco me había nombrado Obispo auxiliar de Monterrey”.

¿Cuál va a ser la línea de acción en la Iglesia católica de acuerdo a estos tiempos de contingencia sanitaria?

“Definitivamente esta pandemia nos mostró que no estábamos listos para una situación así, sigue siendo algo muy difícil para las familias y también para la iglesia, pero la vacuna nos trae una luz de esperanza y una mayor comprensión en cuanto al tratamiento de esta enfermedad, aunque aún así nadie estamos exentos de enfermarnos”.

Algo que causó mucha polémica fueron las declaraciones del anterior Obispo Antonio González Sánchez por su opinión en cuanto al uso del cubrebocas, ¿qué opina de sus declaraciones?

“Fueron declaraciones muy desafortunadas, pero debemos entender el contexto en el que se dieron, siendo estas durante el principio de una enfermedad. A mí me tocó recibirlo en Monterrey, para uno de sus estudios y eran los inicios de un Alzheimer bastante severo y considero que tenemos que tomarla en ese contexto, en el inicio de una enfermedad que estaba empezando en él”.

LA PANDEMIA, LA IGLESIA Y EL APRENDIZAJE

¿Cuál será entonces el aprendizaje que debemos tener de toda esta crisis de salud?

“Estamos sumamente acostumbrados a nuestros dones y talentos, pero este virus microscópico nos vino a cambiar la vida por completo a todos. Invito a tener la capacidad de ver el paso de Dios en todo este tiempo que la pandemia ha durado para poder convertirnos en mejores personas y sobre todo personas empáticas, en vez de indiferentes ante el hermano, ante el vecino y ante el mismo prójimo. Procurar la empatía en todo momento y acción”.

En conclusión, considera que el aprendizaje tendrá que ser meramente personal ya que todos vivimos experiencias distintas ante la presencia del covid 19.

El nuevo Obispo hizo referencia a las palabras del Papa Francisco en donde menciona que “Ninguno de nosotros puede salir de esta pandemia siendo la misma persona” habrá un antes y un después y dependerá de nosotros el convertirnos en una mejor versión como seres humanos”.

RAYO DE LUZ

Tras platicarle que su llegada se da como un rayo de luz que nos empapa ante tanta obscuridad, incertidumbre, enfermedad y por consecuencia pérdidas irreparables e inesperadas fue inevitable preguntarle:

¿Cuál es su mensaje de esperanza hacia los feligreses en estas difíciles pero actuales circunstancias?

“La esperanza tiene un origen y es la experiencia de Dios en la FÉ, cuando uno tiene a Dios en su pensamiento y en su corazón es ahí en donde está la esperanza. Tengamos también la capacidad de ver el paso de Dios en todo este tiempo que la pandemia ha durado para poder convertirnos en mejores personas y sobre todo empáticas en vez de indiferentes; ante el hermano, vecino y ante el mismo prójimo”

Ya por último nos compartió dos puntos:

El primero, él espera continuar entablando diálogos cara a cara con cada uno de los sacerdotes de la Diócesis, contacto que considera primordial para comenzar.

El segundo punto, argumenta que una parte clave del ministerio son las visitas pastorales, es decir, el recorrer parroquia por parroquia, cada comunidad, cada capilla para conocer su realidad pero por supuesto cumpliendo siempre con todos los protocolos de esta nueva normalidad.

De nueva cuenta se le externó que no está solo, que Victoria estará con el siempre como se le manifestó el 17 de noviembre de 2021, fecha de su llegada, un día antes de este afortunado acercamiento,  y en donde muchos feligreses le regalaron muestras de cariño y solidaridad como iglesia.

Para concluir se le hizo saber nuestro deseo de que reciba toda la sabiduría de nuestro Creador como hasta el día de hoy y en los tiempos venideros.

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