abril 29, 2024
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diciembre 2, 2021 | 95 vistas

Diego López Bernal.-

Cd. Victoria, Tam.-
Una nueva historia de amor incondicional vuelve a brillar en Ciudad Victoria; se trata de Bernarda y Alan, quienes fueron sometidos de manera simultánea a cirugía este martes con la finalidad de que el joven de 18 años recibiera un riñón donado por su propia madre.

Alan ya tenía un año con insuficiencia renal crónica, mismo tiempo en el que había sido sometido a terapia en hemodiálisis por lo que en ese entonces inició su protocolo de trasplante, para lo cual se invitó a toda su familia para valorar a quienes podrían donar un riñón.

A sus 45 años de edad Bernarda no dudó un solo minuto en levantar la mano para ser la primera opción y comenzar también su protocolo, comprobándose la compatibilidad y el excelente estado de salud para poder salvar la vida de su hijo, explicó para El Diario MX el doctor José Antonio Villanueva González.

El nefrólogo de esta Ciudad explicó que para que una persona pueda ser donante tiene que pasar por una larga lista de evaluación médica, lo cual fue superando paso a paso Bernarda y finalmente este martes cumplió el sueño de su hijo, y de toda la familia.

El trasplante se llevó a cabo en el Hospital Infantil de Tamaulipas y en él participaron además de los médicos de este nosocomio, especialistas del Hospital Regional de Altas Especialidades, también de esta Capital.

La imagen de Alan y Bernarda tomados de la mano ha sido ampliamente compartida desde la página en Facebook de El Diario Noticias y la de Trasplantes Victoria La Salle, generando poco menos de medio millar de reacciones entre ambos sitios de la red social hasta la tarde de este miércoles.

“Una madre no piensa en ella… una madre piensa en todo lo que puede hacer por ver bien a sus hijos… Dios los cuide y bendiga por tan hermoso regalo de vida”, escribió una seguidora de este medio en la red social.

Al informar que tanto Alan como su madre evolucionan favorablemente tras el trasplante de este martes, el doctor Villanueva González confirma que más de un 90 por ciento de los donadores vivos para un paciente que requiere de un riñón son los mismos familiares, como es el caso de éxito de esta familia.

Por ello, enfatiza el nefrólogo, es importante que la población sepa que una persona sana puede seguir una vida normal tras donar un órgano, mientras que la calidad de vida del receptor mejora grandemente.

Por eso los trasplantes son considerados un acto de amor, como esta lección que Bernarda nos regaló esta semana para salvar la vida de su hijo Alan, para quien hoy el futuro es más cierto que nunca.

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