Alfredo Guevara.-
Cd. Victoria, Tam.-
El magistrado René Osiris Sánchez Rivas confió en que se resuelvan las presiones externas que privilegian en la presidencia del Tribunal Electoral del Estado de Tamaulipas (Trieltam) y dejen realizan su trabajo a la instancia jurisdiccional.
Confió también en que se tranquilice la situación en el Tribunal, de las ilegalidades que ha habido y se avance en el proceso electoral para la elección de gobernador en los términos legales, luego de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Recordó que es un Tribunal Electoral de legalidad, donde los cinco magistrados deben velar por ese principio y si alguno de ellos ha incurrido en la ilegalidad, hacer lo que se tenga que hacer por defenderla.
Como se recordará, la Suprema Corte invalidó la reforma a la Constitución local, que reducía la duración en el encargo de los magistrados Sánchez Rivas y Edgar Iván Arroyo Villarreal, quienes se mantendrán en el cargo por siete años, de los cuales aún les faltan seis.
A días de que la presidenta del Tribunal Blanca Eladia Hernández rinda su informe de actividades, Sánchez Rivas admitió no haber sido invitado, en espera de ver si con la última decisión que tomó la Suprema Corte los consideran o no.
Desde septiembre a la fecha, dio a conocer que al igual que el magistrado Edgar Iván Arroyo Villarreal no se les dio trabajo en el Tribunal Electoral y por si fuera poco, se les dejó de pagar las quincenas, respectivamente.
“Nos ignoraron, lo único que hicieron fue requerirnos con documentos raros, ilegales e infundados, nos pidieron la entrega de expedientes que llegaron y si bien no está mal, debió haberse hecho cuando era un asunto juzgado”, consideró.
El magistrado citó que durante septiembre, octubre, noviembre y lo que va de diciembre no se les turnó ningún expediente y contrario a ello, se les pretendió quitar el mobiliario, vehículos, no se les pagó el sueldo y analizaron la condición de los que integran cada ponencia para liquidarlo, en un escenario incomodo, al grado que llegaron a pensar que los incómodos eran ellos dos.