marzo 29, 2024
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diciembre 24, 2021 | 250 vistas

Francisco Ramos Aguirre.-

El primer sembradío de henequén en Tamaulipas surgió en la hacienda Las Comas -propiedad de Bernardo Zorrilla-, cercana a las estaciones ferroviarias Zorrilla y Santa Rosa, a unos 15 kilómetros al sursureste de Ciudad Victoria. De acuerdo a la época, la señora Mercedes Gómez Molleda Méndez de Zorrilla construyó en el citado lugar una capilla, bajo el amparo de Virgen de Nuestra Señora del Refugio.

Respecto a las estadísticas, para 1906 existían en el estado unas 400 mil plantas en pleno desarrollo. Al mismo tiempo, otros rancheros se animaron a establecer varios cultivos de henequén en sus fincas. Es el caso de la hacienda La Sauteña en Matamoros, donde sus accionistas experimentaron con un pequeño sembradío para comprobar su adaptación a esa zona. Sin embargo, únicamente en Las Comas y algunos ranchos de Jaumave con terrenos pedregosos, la cosecha reunió los requisitos para exportarse a Inglaterra y Estados Unidos.

En 1919, la cantidad de fibra aumentó considerablemente manteniéndose activas algunas fábricas locales como La Estrella -Morelos y 14-  de Antonio Sánchez Domínguez, productor de jarcias y otros artículos del ramo. En este contexto también ocurrieron desgracias, por ejemplo a finales de abril se incendió la casa de Bernardo Zorrilla en la calle de Juárez. Dentro de las pérdidas se contabilizaron 150 pacas de henequén -primera cosecha de uno de los ranchos- almacenadas en una bodega. Al siniestro acudieron varios policías al mando del comandante José Mascorro, quienes con prontitud extinguieron el fuego y realizaron investigaciones para determinar si fue intencional o accidente.

MONUMENTO A BERNARDO ZORRILLA BELTRANILLA

En medio de todo esto, en febrero del mismo año la revista Alborada publicó que “…un prestigioso abogado neoleonés” propuso se levantara un monumento a don Bernardo Zorrilla, para reconocer su esfuerzo y laboriosidad al traer a Tamaulipas las primeras plantas de henequén. “Creemos que siendo muy digno y merecedor a que se perpetúe su memoria en un monumento, su recuerdo en Ciudad Victoria constituirá un ejemplo a la juventud que toca los umbrales del trabajo y a los demás hombres que laboran por inculcar ejemplos dignos en la conciencia de sus hijos.”

Por su parte, el periodista norteamericano A.E. Graham, de la Revista Panamericana, publicó que durante 1920 realizó una visita a la finca Las Comas y se sorprendió al contemplar las mejoras modernas de la empresa modelo: “Contiene ahora un millón de plantas en producción dos millones y medio a la edad de uno a cuatro años y se está trasplantando a su lugar otro millón de matas…En los alrededores de Ciudad Victoria hay actualmente como 15 haciendas de henequén, ya en plena producción.” Vale decir que desde 1917, una medida o carga de fibra tamaulipeca se cotizaba en Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos, entre tres a cuatro centavos menos que en Yucatán.

Otras familias productoras de henequén en 1924 eran las Terán y Sámano, quienes para obtener el producto utilizaban una máquina desfibradora marca Porfirio Díaz. Bajo el espíritu de la Reforma Agraria del Gobierno federal, a principios de 1927 varios hacendados y trabajadores agrícolas, entre ellos el Sindicato de Trabajadores en Pequeño El Despertar Campesino, discutieron en una asamblea sobre el nuevo salario mínimo, acordándose un peso diario. En el caso de José Zorrilla, uno de los líderes aseguró que los jornaleros del corte de henequén ganaban entre $1.50 y $2.00 por ocho horas laborales, salario superior al ingreso de otros gremios. Por su parte, el campesino Primitivo Peña reconoció que cuando se enfermaban los obreros y sus familiares: “Los Zorrilla ayudan debidamente al obrero, como está previsto en la ley, pero esto no pasa con los demás.”

EPIDEMIA DE VIRUELA NEGRA

Una de las epidemias que azotó Victoria durante la primeras décadas del siglo XX, fue la Viruela Negra. Precisamente en febrero de 1931, esta enfermedad se expandió en las inmediaciones de la Hacienda Las Comas. Entre las víctimas destaca el señor Villela, un trabajador de salubridad encargado de administrar la vacuna a más de 200 habitantes de ese sector. El reporte indica que fue contagiado por negligencia, al no aplicarse la dosis correspondiente.

BODAS DE ORO DEL HENEQUÉN

En 1950, con motivo de la celebración del cincuenta aniversario del primer cultivo de henequén en Las Comas, don José M. Zorrilla Gómez organizó importantes festejos anunciando la adquisición de modernas desfibradoras y otro tipo de maquinaria para industrializar el producto -cables, costales, hilo y “bajo alfombras”-. Vale mencionar que el primer administrador de la hacienda fue el señor Claudio Castro, quien para entonces tenía 84 años de edad y estaba jubilado.

A mediados de esa década, el número de trabajadores de Los Nogales y Las Comas eran alrededor de 400. La mayoría radicaban en los mismos centros de labores con sus esposas e hijos. Entre todos sumaban mil 500 personas, dependientes del salario que semanalmente entregaba el señor Zorrilla. Además de sus instrumentos de trabajo -ganchos y cuchillas-, los jornaleros tenían servicio médico y varias enfermeras. Otro de los privilegios que los propietarios brindaban a sus empleados era la educación primaria para niños, maestros, escuelas y viviendas. En su recorrido cotidiano por las fincas, don José acostumbraba montar un caballo tordillo de buena alzada.

La celebración del cincuenta aniversario del surgimiento del oro verde en Tamaulipas representó durante varios días un acontecimiento social y jolgorio para los invitados, propietarios y trabajadores entre ellos Sergio Braña, Benito Haces, Juan Guerrero Villarreal, Tomás Guillén, Lauro Rendón, Apolonio Alcalá y Juan Fidel Zorrilla. El programa incluyó carreras de caballos, peleas de gallos, coleaderos, comida típica, baile popular, música de mariachi, huapangueros y cancioneros regionales. En cambio, las esposas de los patrones asistían a las mujeres de los obreros con servicios religiosos, talleres de costura y otras actividades.

Alrededor de 1960 las hectáreas sembradas de henequén en pequeñas propiedades protegidas por el Código Agrario, ascendían a 17 mil de las cuales,12 mil eran de henequén en explotación y 5 mil en cultivo. Los henequeneros tamaulipecos acostumbraban distribuir de dos mil 500 a tres mil plantas por hectárea, que sumaban 36 millones. En total la producción de fibra ascendía a siete mil toneladas anuales. Para entonces operaban los ranchos Las Vírgenes de Luis Felipe Pérez Collado, La Garra y El Tirón Parejo, de Francisco Gójon, entre otros.

En Ciudad Victoria existían dos plantas industrializadoras: Del Norte. Manufacturas de Henequén S.A. y Victoria Textil S.A. con un capital de diez millones de pesos. A mediados de 1960 estaban en proceso de instalación Cía. Industrial Victoria, beneficiaria del bagazo y fibra corta de henequén y Santa María, industrializadora de Fibras Cortas S.A. El consumo para su producción de estas factorías era de seis mil toneladas anuales, considerando que el rendimiento era de 22 kilos de fibra por millar de hojas. La materia prima era adquirida por Cordelería Fibras Atlas S.A.; Fábrica San Luis S.A. de San Luis Potosí; aparte de algunas pequeñas factorías de la capital del país y Guadalajara.

Los precios para su venta eran establecidos por la Asociación de Cordeleros de México y gobierno federal. El henequén clasificado A costaba $1.80 kg., B $1.75 kg. y  C y M $1.70 kg. Sin clasificar Victoria Primera $1.75 kg. y Victoria Segunda $1.70 kg. Vale decir que en términos geográficos los productores experimentaron que la mejor región para el cultivo del henequén comprendía entre los ríos Guayalejo y Corona, protegida por las heladas. La tarifa fluctuaba de acuerdo a las indicaciones del Gobierno federal.

En términos generales esta era la situación que prevalecía, al menos hasta la década de los setenta, gracias a la tarea visionaria de don Bernardo Zorrilla Beltranilla, primer plantador del henequén en Tamaulipas. Sin duda esta actividad agrícola se convirtió en uno de los pilares que por varias décadas sostuvo la economía de los pobladores de la región central de la entidad. De este emporio dejó testimonio gráfico el fotógrafo tampiqueño Nacho López, quien visitó en aquel tiempo los ranchos henequeneros y desfibradoras de Victoria.

La Opinión/4 y 9 de junio/1950, el Periódico Oficial del Estado de Tamaulipas/1917,  El Pueblo/abril 25 de 1919/, periódico Alborada/febrero/9/1919, El Libro de Tamaulipas/01/01/1920, Revista Victoria/octubre de 1960.

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