diciembre 12, 2024
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diciembre 27, 2021 | 91 vistas

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 26 (Agencias)

Para Ludwika Paleta la maternidad se vive de diferente manera de acuerdo con factores como la situación personal, economía, la red de apoyo, si hay un trabajo fuera de casa de por medio o no, la edad y madurez. Es por ello que la serie que protagoniza, Madre sólo hay dos, en su segunda temporada, pone énfasis en tales vertientes y particularmente en cómo, después que una mujer es mamá, tiene que lidiar con todo ello a la vez, sin dejar de explorar sus ambiciones y sueños personales.

Para mí, siempre dejas algo, pero ganas más, porque no todas las mujeres tienen las mismas ganas de ser mamá o algunas no sienten que hayan ganado mucho más. Yo sí siento que he ganado mucho más. Ser mamá ha sido mi vocación desde siempre, desde que era yo muy pequeña supe y sabía que quería ser mamá.

Siempre hay algo que pierdes, pero ¡como en todo! Siempre hay sacrificios que tienes que hacer para obtener algo. En mi caso han sido diferentes cosas, las más obvias son las horas de sueño, la tranquilidad, los cuadritos en la panza también (risas). ¿Qué ganas? Muchas más cosas. Personalmente ha sido mucha mayor la recompensa que el sacrificio”, expresó en entrevista con Excélsior Ludwika Paleta, mamá de Nicolás, Bárbara y Sebastián.

La serie ya disponible en Netflix tiene como premisa el intercambio de bebés al nacer con madres totalmente diferentes: Ana (Ludwika Paleta), una mujer con un matrimonio aparentemente sólido, dos hijos más, un trabajo que pinta como bien remunerado y reglas que ella misma establece alrededor de su vida.

Mariana (Paulina Goto) es una madre soltera, más joven, carente de trabajo y vivienda propia, estudiante, que vive por vez primera la maternidad y que desea hacerlo de la manera más natural posible, aunque las condiciones no siempre se lo permitan.

Tras el intercambio de bebés, las dos se dan cuenta que se complementan para el cuidado de sus dos hijas y que, en esta segunda temporada, tiene que asumir los errores que han cometido, pero también continuar desarrollándose no sólo como mamás, sino como mujeres, en un panorama en el que los secretos han salido a la luz y su vida tiene que reordenarse.

La serie plantea dos maternidades muy diferentes y, en este caso, de dos mujeres que están en situaciones muy distintas. Mi personaje, Ana, por su edad, madurez y porque ha vivido en otras condiciones, más acolchonada en cierto sentido, vive la maternidad de distinta manera a Mariana.

A mí lo que me gusta es ver ese contraste y cómo lo que tiene una, le falta a la otra y viceversa. Tal vez una niña está más atendida que la otra, no lo sabemos; tal vez la hija que está más atendida carece de muchas cosas materiales que su mamá quisiera darle, porque no tiene el trabajo que la otra tiene.

No hay una regla ni manual para ser mamá, cada quien hace lo que puede y lo que está en sus manos. Sin duda, cada una de nosotras lo hace con lo que tiene y con las herramientas que están a la mano”, explicó Paleta.

“En esta ocasión, la trama también pone atención a la red de apoyo que cada mamá genera con otras mamás o con sus seres más cercanos, quienes colaboran en el cuidado de sus bebés, sobre todo cuando las mujeres se enfrentan a un panorama laboral. En éste, las mamás se enfrentan a la doble misión de su desarrollo personal y maternal, lo cual es una batalla compleja ante el juicio de ojos ajenos.

Paulina y yo hemos hecho un buen equipo, sin duda somos muy cercanas, porque tenemos casi todas nuestras escenas juntas. La red de apoyo no es sólo de mujeres, creo que es importante tener una red en la que puedas caer, porque, sin duda, la maternidad y la paternidad es difícil, desgastante, abrumadora, cansada. Necesitas tener personas que te ayuden, en las que puedas acolchonarte y que te puedan contener.”

“Es así que en esta segunda temporada, más que de la maternidad en sí, la historia va en cómo se reconstruyen ellas, volver a encontrar sus deseos y aspiraciones, quiénes son ellas mismas y las personas de las que se quieren rodear. Se plantea mucho ‘¿y ahora qué vamos a hacer con nuestras vidas ahora que mis hijos están creciendo? ¿Y ahora qué? Ya no estoy amamantando, ya recuperé mi cuerpo, mi bebé ya camina y no me necesita tanto como cuando estaba recién nacido,’ así que se trata ahora de replantearse quiénes son ellas”,  concluyó.

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