abril 19, 2024
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enero 12, 2022 | 316 vistas

Diego López Bernal.-

En tiempos de una pandemia de coronavirus cada día podemos corroborar que existen otros males que han avanzado sigilosamente a lo largo de décadas, provocando que millones de personas fallezcan en el mundo, como el cáncer, esa enfermedad tan temida que muchas personas aún la consideran sinónimo de muerte.

En estos momentos del tercer milenio prácticamente no hay familia mexicana que no haya padecido un gran dolor a causa de esta enfermedad; muchos han perdido la batalla de la vida frente al cáncer, pero también muchísimos más han luchado hasta ser sobrevivientes.

Todas estas personas son historias dignas de contar, que alimentan la esperanza de aquellos que hoy por hoy reciben la terrible noticia de ser portadores de tumores cancerígenos y que sienten que se derrumban, tal es el caso de Gloria Isela Saldívar Alvarado, una mujer de 57 años de edad que con tres hijos y su esposo, Juan García Rodríguez, vive en estos momentos la lucha por su vida.

ALGO NO ESTÁ BIEN…

SÓLO ES EL COMIENZO

“En junio del 2021 me detecto una bolita en mi seno izquierdo. No le doy importancia porque en el transcurso de los cinco años anteriores me habían salido bolitas iguales en tres ocasiones, pero nada peligroso; pensé que se trataba de lo mismo”, comienza a narrar esta valiente mujer para compartir su lucha con los lectores de El Diario Mx.

“A finales de julio me percato que esa bolita creció y me empiezo a inquietar. A principios de septiembre me percato que esa bolita había crecido más y me provocó en una ocasión un ardor muy extraño; así me traslado el 15 de septiembre a Ciudad Victoria a hacerme una mamografía”, continúa Isela

Para esta victorense que actualmente radica en Ciudad Díaz Ordaz las cosas apenas comenzarían a ponerse verdaderamente mal; las malas noticias estaban a punto de llegar con esas primeras sospechas de que algo no estaba bien en su cuerpo.

LA MALA NOTICIA Y

UN DOLOR GRANDE

“Dos días, después, el 17 de septiembre me avisan que a mi madre, de 88 años de edad, le dio un infarto cerebral en la cocina, por lo que al día siguiente me traslado nuevamente a Victoria, al Hospital General, y mi madre solo estaba esperándome para morir en mis brazos”, narra sin evitar fuertes emociones al momento de la entrevista.

“Llamé a mis hermanos, quienes se acababan de retirar y me pongo hacer oración por el alma de mi madre, pasan unos minutos y recibo la llamada del laboratorio donde me dicen que la mamografía arrojaba mucha malignidad, por lo que era urgente me realizara una biopsia.

“Mi cabeza estaba al mil por hora, no sabía si llorar por mi madre o llorar por la noticia; salgo así del hospital a localizar inmediatamente a mi doctora, quien al tercer día me realiza una biopsia que arrojó un cáncer de seno en etapa 2A.

“Así me pongo en manos del doctor Arturo Vázquez, quien me ordena un sinfín de estudios previos, exámenes de sangre así como ultrasonidos diversos. El doctor me sugiere quitarme un pedazo de mi seno, ya que era candidata a solo quitarme lo malo, pero yo tomo la decisión de realizarme una mastectomía, para no correr riesgos futuros y sentirme más segura

“El 24 de octubre me realizan la cirugía con un éxito total, todo indicaba que me iría a mi casa con una ‘pastilla diaria’; ahora me doy cuenta que es una estrategia genial del doctor para que uno no pierda la calma”, continúa Isela para destacar el valor del apoyo de los médicos en estos procesos.

A TOMAR FUERZA

TRAS EL GOLPE BAJO

“El ocho de noviembre me dan mis resultados del tumor, arrojando que mi cáncer es agresivo y es hormonal, va en la sangre, en los pliegues de la grasa y puede extenderse en cualquier parte del cuerpo”, señala nuestra valiente entrevistada.

“El doctor Arturo Vázquez, a quien llegué a querer porque me trató hermoso, me dice: ‘Ahorita sí señora Isela le tocan quimios y radioterapias’; me volví a quedar en shock y como el día que recibí la noticia dije: ‘Qué es todo esto’.

“Ya no recuerdo más, salí llamé a mi esposo, me derrumbé, lloré dos minutos, le dije bueno y entonces sí me desahogué, ahora lo que sigue y tomé aire. Le dije por teléfono al doctor que quería otra cita para que me vuelva a decir lo que hay que hacer, pero mis oídos no escucharon más nada. Sí es un golpe bajo, pero era la realidad y tenía que seguir luchando por mi vida”, así cambia la etapa del proceso de la señora Saldívar, quien admite que su familia es su sostén.

“Después me traslado a la ciudad de Reynosa para estar y llevar todo este proceso con mi esposo e hijos; ahora estoy siendo atendida por otro oncólogo de apellido Alejandre, quien me ordenó otro estudio, un tac, porque me dijo lo mismo que mi doctor anterior sobre lo peligroso de esto”.

QUIMIOTERAPIA, UNA PALABRA

DE MIEDO PERO NO PARA ELLA

La historia de Isela Saldívar ha llamado la atención en las redes sociales; en Facebook se ha conjuntado una comunidad en torno suyo por lo que comparte cada etapa de sus procedimientos médicos… Dejemos que ella misma nos platique esta otra parte de su carrera por la vida.

“Tras el tac salí limpia de mi cuerpo, no existe una célula maligna, pero el 29 de diciembre me realicé mi primer quimio sin ningún trastorno; sin embargo, el día cinco de enero decidí quitarme mi cabello, empecé a perderlo y mejor me lo quité totalmente. Este lunes diez de enero recibo mi segunda quimioterapia de cuatro y posteriormente me harán más estudios para determinar lo que sigue”.

Así llega nuestra guerrera victorense a su contacto con Mi Vida Mi Lucha, justamente un día antes recibir apenas su segunda quimioterapia pero con una actitud que nos sorprende, pues no tiene duda alguna en dar su mensaje para todos quienes quieran escucharla.

ACTUAR RÁPIDO Y…

EL PODER DE LA FE

“La enseñanza que me ha dejado todo esto es, como dijo mi guía, que sembré en el desierto. Muchos amigos me ayudaron con todos estos gastos y me di cuenta que siempre dije que era una mujer de hierro, que nada me doblaba, pero soy más fuerte de lo que pensé”, explica para El Diario Mx un día después de celebrar su cumpleaños y lista para su segundo procedimiento.

Sin embargo invita a otros pacientes a tener la actitud en alto: “Mi actuar rápido ante la adversidad me salva la vida, pues un dictamen temprano y actuar rápido es elemental en estos casos; también el amor de toda mi familia y amigos me está ayudando a estar al cien en actitud”.

Para finalizar, la señora Saldívar Alvarado nos demuestra el poder de la fe para salir adelante ante enfermedades tan peligrosas como el cáncer; es una coincidencia en la mayoría de quienes luchan por su vida, por lo que respetando credos queda claro que hay fuerzas increíbles que surgen en los momentos más apremiantes.

“De todo lo malo hay que sacar lo bueno, por eso nunca me voy soltar de la mano de mi gran maestro, mi Dios… Él es el que me está dirigiendo”, señala nuestra entrevistada y exclama para finalizar: “¡Voy a tocar la campana!”

Así, El Diario Mx te comparte esta historia de Mi Vida Mi Lucha; no es “una más”, no es “otra”, la historia de Isela es única, es irrepetible y también es un legado para saber que no debemos de perder las esperanzas, por más pandemias que nos ataquen.

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