De forma oficial, Ben Roethlisberger anunció su retiro de la NFL después de que tiempo atrás adelantara que, al término de la vigente temporada, donde fueron eliminados en Playoffs por los Chiefs de Kansas, diría adiós a los emparrillados; hoy el mariscal de campo de los Steelers, se despidió de las canchas a través de un emotivo video en redes sociales.
Roethlisberger, con 1.96 metros de estatura y 109 kilogramos, el egresado de la Universidad de Miami en Ohio se ganó el mote de Big Ben, con el que ha sido conocido prácticamente toda su carrera, la cual llegó a su fin este año.
Independientemente de lo que pasara frente a Patrick Mahomes y compañía Big Ben estaba destinado a decir ‘adiós’, lo cierto es que Roethlisberger ya se consagró como la última gran figura ofensiva de los Steelers, un mariscal de campo que tiene su lugar asegurado en el Salón de la Fama en Canton y que se consolidó como una de las leyendas de la franquicia, a la que le regresó el brillo con dos trofeos Vince Lombardi.
Con la ausencia de Roethlisberger, ya no habrá ningún jugador en activo de aquel plantel que ganó el Super Bowl XLIII ante los Cardenales de Arizona (27-23). Fue aquella noche del uno de febrero de 2009 cuando el quarterback le lanzó un pase a Santonio Holmes, quien hizo una recepción de fotografía y le dio la voltereta para el sexto y último título de Pittsburgh, en una buena actuación con 21 de 30 pases completos, 256 yardas, un touchdown y una entrega, con 93.2 de rating.
En 2006, tres años antes, en 2006, Ben fue el mariscal de campo de los Acereros en el triunfo 21-10 sobre los Halcones Marinos de Seattle, para ganar el Supertazón XL, el quinto de la institución y el primero desde 1979. Si bien tuvo números poco espectaculares (9 de 22 completos para 123 yardas y dos intercepciones), Roethlisberger, con casi 24 años, lució por tierra, con siete acarreos, 25 yardas y el primer touchdown, con el que Pittsburgh tomó ventaja y nunca la soltó.
El tercer anillo se quedó cerca, pero los Acereros cayeron ante los Empacadores de Green Bay en el Super Bowl XLV (25-31), pese a que se recuperaron de un mal inicio y recortaron una desventaja de 21-3, acercándose 25-28 a 7:34 por jugar en el último cuarto, pero Mason Crosby conectó un gol de campo por Green Bay y Pittsburgh no pudo responder.
Aquella ocasión, Big Ben completó 25 de 40 envíos para 263 yardas, dos anotaciones y el mismo número de entregas.
Con información de: milenio.com