“Estamos felices, muchas gracias por recibirnos así, agradecemos todo su apoyo y pues, bueno, lo importante es que estamos vivos”, fueron las primeras palabras que Elisa Nava Flores dijo a su llegada al aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Ella y David Olaf Santillán son los mexicanos que estuvieron varados en Tonga, primero por las restricciones por pandemia y luego por la explosión del volcán submarino.
Miedo, empezamos a temblar, a agarrar pasaportes, estaba temblando, se escuchaba el crujido de la tierra, las explosiones, sí sabíamos lo que estaba pasando, pero no la magnitud”, relató Elisa sobre los momentos posteriores a la explosión más fuerte registrada el 15 de enero.
Pasaron 13 días para que Elisa y David volvieran a casa, una travesía que inició el pasado 25 de enero (tiempo de México) y los llevó de Tonga a Nueva Zelanda, vuelo durante el que ofrecieron su primera entrevista a Excélsior. De Nueva Zelanda volaron a Dubai, de ahí a una escala en Barcelona y finalmente a la Ciudad de México.
Llegaron sólo con una maleta grande y dos pequeñas. Su vuelo, el EK 255 de Emirates, llegó a tiempo, las 4:00 pm según las pantallas de la terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Fueron recibidos entre porras, abrazos y cartulinas por un grupo reducido de familiares, debido a las restricciones por covid-19.
Quedarse sin comunicación en cualquier momento que es difícil y más en una situación de emergencia como la que pasamos. Fueron bastantes días difíciles, inclusive al día de hoy, Tonga sigue con problemas de comunicación”, expresó David, quien dijo que no prevé regresar a la isla.
Justo sobre la primera llamada que tuvo Elisa con sus familiares gracias a una amiga en la embajada de Gran Bretaña en México.
Nos dijo pueden hablar a su casa, entonces hablé primero con Amelia (hermana de Elisa) y pues no contestó, porque en México si contestas luego hay extorsiones, después hablé a mi mamá y ya me contestó, le dije que estaba muy bien, que no se preocupará”, relató Elisa.
Ahora llegan a la realidad de covid, pues la isla de Tonga no se había visto afectada por contagios del virus.
Tonga es un país hermoso, no sé cómo explicarlo, pero nunca vimos el cambio a la realidad, en cuanto Tonga dijo hay pandemia cerraron sus fronteras, empezó a haber un poquito de vuelos de repatriación, pero lo han sabido manejar increíblemente, yo era así como no tenemos covid, pero tenemos un volcán”, expresó Elisa.
Jamás habíamos utilizado máscaras o mantenido distancias; entonces desde que estábamos en Nueva Zelanda y ahorita llegando a México la situación es completamente diferente, ya las orejas no las soporto, pero hay que adaptarse”, añadió David.