Alfredo Guevara.-
Cd. Victoria, Tam.-
“La Diócesis de Victoria, integrada por 35 parroquias y alrededor de 57 sacerdotes en 20 municipios de la zona centro, enfrenta una crisis de vocación de la vida consagrada”, admitió el Obispo Oscar Tamez Villarreal.
“La crisis no es privativa, toda vez que se trata de una problemática en el mundo, más enfocada hacia la vida consagrada del hombre sin vocación y no solo en el aspecto religioso”, aclaró.
Es decir, de una vida fácil, de vivir como si nada tuviera sentido o trascendencia, es de donde se origina esta crisis de la vocación consagrada, no solamente religioso, como pudiera pensarse.
Ante ello, dijo estar convencido el Obispo de que la Iglesia católica como del resto de la población se tiene que hacer un trabajo fuerte, iniciando con los niños hasta las personas mayores, con quienes se tiene que hablar como la vida de todos tiene sentido y trascendencia.
“Desgraciadamente en México, cuando suena la palabra vocación se le tiene temor, porque todos pensamos en sacerdote o monjita, cuando la vocación como la que ustedes ejercen en el periodismo, es una vocación y se vive con pasión y con entusiasmo”, aseveró.
Destacó que en ese contexto, la Diócesis en Victoria enfrenta una crisis de vocación de seminaristas, aunque hay presencia de estos representantes de la iglesia en lugares como Soto la Marina, Palmillas y Tula.
Convino en la necesidad de que se tiene que ser consciente de que la vida de todos es una misión, independientemente de que estén bautizados, casados o no, toda vez que lo importante es tener una vocación de servicio.
Tamez Villarreal admitió que el relativismo que implica llevar una vida fácil, de vivir como si nada tuviera sentido o trascendencia, es lo que ha dado origen a esta crisis en el mundo.
La falta de una vocación consagrada ha propiciado que cada vez haya menos interés de los jóvenes por el sacerdocio, tanto de hombres como mujeres, “pero no es privativa de Tamaulipas o México, sino que es algo se vive en todo el mundo”, concluyó.