diciembre 14, 2024
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febrero 4, 2022 | 134 vistas

Francisco Ramos Aguirre.-

Bajo la reserva de ser un testimonio oral, al corrido popular se le considera una fuente auxiliar para la escritura de la historia. Durante varias décadas del siglo pasado, este género musical se convirtió en un elemento característico de la cultura victorense. Gracias al sentir de numerosos versificadores, la poesía vernácula se enriqueció a través de epigramas, canciones, calaveras literarias y corridos que reflejan las luchas obreras y campesinas, el buen humor social, sentimientos afectivos y tragedias pasionales. En otros casos, aluden al contexto ligado a la autoridad y el poder político posterior a la Revolución Mexicana.

En Ciudad Victoria esta correlación con los poderes fácticos, estuvo matizada por las antiguas familias de comerciantes y hacendados sobrevivientes de los vaivenes políticos y económicos. O cierto es que en los corridos y otros géneros musicales, se aprecia la gratitud de los compositores hacia los liderazgos en turno. Por ejemplo, a principios de 1950, se difundió un disco con una marcha dedicada al licenciado Horacio Terán, candidato al gobierno de Tamaulipas. La pieza -letra Jesús Palacios Montalvo y música Gabriel Luna- fue grabada por la Banda Sinfónica de la Marina Nacional. A través del Heraldo de Victoria, fue ampliamente difundida con sus respectivos elogios: “La letra es sincera y llega al corazón, la letra no puede ser más marcial, y seguramente que al oírla el pueblo tamaulipeco irrumpirá en gritos de Alegría”.          

En julio de 1956 en plena vigencia de los gobiernos revolucionarios, el doctor Norberto Treviño Zapata despertó entre los tamaulipecos verdaderas simpatías, cuando el PRI anunció su postulación al gobierno del Estado. Seguramente la poetisa Juana María Aregullín una de las pioneras del PAN en Victoria, apreció la autoridad moral del personaje dedicándole un breve corrido al galeno. Vale decir que los versos apologéticos resultaban innecesarios, si consideramos que en esa época, la mayoría de los candidatos priistas tenían asegurado el triunfo electoral:

Mi Candidato

Pro Norberto Treviño Zapata

Juana Ma. Aregullín

Yo quiero cantarle a mi candidato,

alegre corrido con el corazón

caray

que soy mexicana,

que tengo derecho,

que siento en el pecho,

una gran emoción,

porque quiero ocultar,

lo que siento yo dentro,

si en mi pensamiento,

se que no hay razón

yo se bien qué es,

heroica frontera,

que todos le aclaman,

y es hombre de acción…

¡ay! ¡ay! ¡ay!

Es el hombre que todos lo quieren,

que ha sabido confianza ganar,

y unidos seremos su apoyo,

y Treviño Zapata tendrá que ganar.

Yo quiero cantarle a mi candidato,

alegre corrido con el corazón

caray

que soy mexicana,

que tengo derecho,

que siento en el pecho,

una gran emoción,

¡ay! ¡ay! ¡ay!

Por Mi Madre Bohemios

Era común que los trovadores victorenses, escribieran por encargo corridos aplicados a la mercadotecnia o promoción de negocios. En mayo de 1945, Eduardo Núñez Tejeiro propietario de la Mueblería La Malinche, organizó un concurso literario en honor a la madre que se transmitió a través de la radiodifusora XEBJ. El jurado calificador compuesto por literatos y poetas de la localidad -quienes no curtían malas cuartetas- debatieron: “…para poder dar a conocer su veredicto, pues la cantidad de trabajos enviados, así como su calidad hacen difícil el fallo”.

Ante este riesgoso asunto para la seguridad y paz victorense, el veredicto se difundió el diez de mayo entregándose los premios “Al mejor pensamiento dedicado a la madre; a la madre más ancianita y la más prolífica, de conformidad con las bases publicadas en el periódico La Atalaya.” De cualquier forma, la composición de mayor interés fue el Corrido a La Malinche.

Corrido de la Mueblería La Malinche

(Fragmento)

En la Ciudad de Victoria,

Por la avenida de Hidalgo,

No olvide de su memoria,

Yo quiero recomendarlo,

El ciento cuarenta y cinco,

No deje de visitarlo.

Es una casa de fama,

Completamente surtida,

La Malinche así se llama,

Por su nombre es más lucida,

Que a todas las que hay les gana,

Es la casa preferida.

———————–

Ahí encontrará novedades,

calidad y garantía,

de distintas variedades,

que da gusto y alegría.

Es la casa principal,

por su hermosa simpatía.

Yo quiero elevar su fama,

De esta casa tan lucida,

La Malinche así se llama,

Completamente surtida,

En todo supera y gana,

Visítela ya enseguida.

  

Un Corrido Pa’ mi Candidato

La prensa local, estuvo atenta a las campañas políticas presidenciales porque en cierto sentido el candidato seleccionado, garantizaba la permanencia en el poder de cualquiera de los grupos en pugna. La campaña de Manuel Ávila Camacho, inspiró a Manuel Esquivel para el arreglo del corrido norteño Este es mi Gallo. Como era de esperarse, el poblano derrotó de manera aplastante al contrincante Juan Andrew Almazán. Dicho triunfo favoreció a Emilio Portes Gil a pesar de la oposición almazanista en Tampico y parte de frontera. En cuanto a Victoria, existió un comité en la Colonia Maniero representado por Benito F. Treviño y Arturo Quijano, quienes denunciaron a Rodolfo Peña y Rafael Flores de asaltar las oficinas municipales del candidato.

Con motivo del destape presidencial de Miguel Alemán, el famoso compositor Chucho Monge escribió un corrido grabado con mariachi. Aunque actualmente los corridos políticos cayeron en desuso, a lo largo del siglo XX eran un instrumento de propaganda electoral en Tamaulipas que sin lugar a dudas, favorecieron la intención del voto para que  Emilio Portes Gil, Marte R. Gómez, Magdaleno Aguilar, Rafael Villarreal y otros identificados con el sector agrario llegaran al poder.

(Fragmento)

No se asusten jugadores,

Porque acabo de llegar,

Ábranme paso señores,

Yo también vengo a jugar.

Desde Puebla traigo un gallo,

Pa que se den un quemón,

A ver si con suerte le hallo,

Con quien se de un atorón.

Ahí viene El Coco

Blanco no es ni colorado,

Es giro de toma y daca,

Ese si es gallo de estaca.

Ese si es gallo de alzada,

Si no lo tendrán que ver.

Siempre que viene a las ferias,

No lo traigo yo a perder.

Ahí viene El Coco

Blanco no es ni colorado,

Amigos no tengo empacho,

De que su nombre les de

Manuel Ávila Camacho;

Tronchado se lo echo a usted.

Ya con esta me despido,

Si alguno desea saber,

De Puebla es mi gallo giro,

Ya se los di a conocer.

Está claro que dicho género literario, aborda desde su perspectiva cualquier variedad de temas populares.  En cuanto al ámbito de salubridad, El Corrido del Hospital Civil representa un testimonio de justicia, gratitud y reconocimiento al gremio médico victorense. Más todavía cuando estas expresiones espontáneas, surgen desde la clase baja. A principios de los años cuarenta del siglo pasado, surgió la Unión Médica Victorense entre quienes recaía la responsabilidad humanista de mantener una población sana y bien atendida en enfermedades y epidemias. El corrido a los doctores Alfonso Garza -anestecista-, José Manuel Tirado y Valentín Lavín Govela, narra una historia de vida.

Adiós Hospital Civil,

me voy muy agradecido,

porque vine adquirir,

la salud que había perdido.

La cama que me tocó,

fue la treinta en una esquina,

y el doctor me recetó,

pastillas de penicilina.

En la sala del dolor,

en cama estuve postrado,

pero me atendió el doctor,

don José Manuel Tirado.

El doctor me preparó,

para la sangre engrosarme,

Coahguleno me aplicó,

para después operarme.

Medio litro me aplicaron,

de sangre para operarme,

y así fue como pudieron,

de la muerte arrebatarme.

Lavín Govela y Tirado,

Alfonso Garza García,

por los tres fui operado,

como a las once del día.

Enfermeras señoritas,

ya de ustedes me despido,

quédense con Dios solitas,

me voy muy agradecido.

Blancas como palomitas,

de mi cama se rodeaban,

las quiero como hermanitas,

que gustosas me curaban.

De todas las cocineras,

me despido muy cortés,

porque me voy de “deveras,”

no se si vuelva otra vez.

A Isabel y Juan,

adiós Nico el trapeador,

por última vez verán.

A Pablo el compositor.

Adiós administrador,

mi despedida postrera,

ya se va su servidor,

al municipio de Llera.

Solo canto y me consuelo,

como el ave en el desierto,

voy a levantar el vuelo,

directo al Ejido Carrillo Puerto.

La Atalaya/mayo 6/1945, El Heraldo de Victoria/23 abril/1953 y 14 de junio/1956/; El Gallito/13 de Junio/1939.

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