Los afectados por las inundaciones de septiembre pasado en Tula, Hidalgo, denunciaron que recibieron de autoridades colchones usados, rellenos de basura, manchas de orina e incluso hasta con chinches.
Los damnificados por dichas inundaciones consideraron como una burla dicha situación, y culparon alcalde perredista Manuel Hernández Badillo por la entrega de dichos colchones, los cuales la autoridad municipal detalló que eran nuevos.
Señalaron que de los colchones emanaban un olor fétido, por lo que al abrirlos detallaron que tenían tres reconstrucciones, en donde se encontraron insectos como chinches y garrapatas, además de manchas de orina, hongo y quemaduras de cigarro. Incluso algunos afectados por esta situación presentaron problemas en la piel.
“Cómo es posible que el presidente (municipal) nos mande a las comunidades que nos inundamos esta basura, mejor no nos hubiera dado nada”, apuntaron.
Se detalló que un total de 763 colchones fueron adquiridos por medio de tres proveedores: Comercializadora Nassim S.A de C.V (428), Erandeni León López (200) y Expomuebles San Lorenzo (135).
Una vez que se conoció el estado de los colchones, se procedió a su quema para evitar riesgos sanitarios.
La ciudad de Tula, entre el 6 y 7 de septiembre, sufrió una histórica inundación por el desbordamiento del río que lleva el mismo nombre.
El agua provocó una falla eléctrica en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cuya planta baja quedó completamente anegada, por lo que murieron 14 pacientes, la mayoría intubados por Covid-19.
Conagua admitió que, aunque las lluvias en la zona fueron muy fuertes esos días, la inundación se debió al desagüe de presas del Valle de México y de los dos túneles que extraen aguas residuales de la Ciudad de México.
De acuerdo con el organismo, el río Tula alcanzó un caudal de 500 metros cúbicos por segundo, de los cuales 150 provenían de los túneles Emisor Central y Emisor Oriente de la capital mexicana, 130 del río Tlautla, 100 de la descarga de la presa Requena, 92 de la cuenca del propio río y 28 del río El Salto.
El informe también explicó que el hospital anegado tenía su planta baja dedicada a pacientes en estado crítico de Covid-19, con 24 personas ingresadas, de las cuales dos fallecieron antes de la llegada del agua y 14 tras la inundación.
Con información de: lopezdoriga.com