Francisco Ramos Aguirre.-
Desde tiempos ancestrales escuchar la palabra sacamuelas, barbero, dentista y odontólogo significaba para los pacientes experimentar un estado de pánico, debido a los métodos martirizantes para extraer una pieza dental. Narran las crónicas que lo único que disponía la ciencia médica para esos casos, era un instrumento llamado turco. Sin embargo, a partir de mediados del siglo XX, como toda profesión relacionada con la medicina, surgieron nuevas técnicas, investigaciones, drogas anestésicas y aparatos más efectivos para amortizar el dolor al momento de extraer o intervenir la dentadura.
La historia de esta actividad profesional en Tamaulipas, subraya que en 1906 existían en Tampico tres dentistas -Francisco H. Rábago, Juan N. Castaldi y D.E. Dellephiane-, proveniente de Estados Unidos; mientras en Tula se registró ante las autoridades sanitarias el doctor Patricio Padilla, probablemente egresado de la Escuela Nacional de Dentistas. Respecto a la Capital tamaulipeca en 1919 arribó el doctor Buerón quien, a través de un creativo diseño publicitario en el periódico La Opinión se anunciaba como sacamuelas en su consultorio de la planta baja del Banco de Tamaulipas Diez Hidalgo, actual tienda La Primavera.
En 1922, aparece Eduardo E. Foster probablemente con raíces en Monterrey, Nuevo León quien ofrecía a los victorenses sus servicios profesionales y cualquier clase de trabajos odontológicos, principalmente extracción de muelas sin dolor. Este galeno de origen extranjero, se estableció en un local de la planta baja del Hotel Universal -calle Hidalgo y Diez o Jalisco-. Su consulta estaba garantizada y los precios eran cómodos. “Venga a verme tan pronto como sea posible”. Además, durante los meses de mayo a julio realizó una gira de consultas por los municipios de Padilla, Jiménez, San Fernando, Cruillas, Méndez, Burgos y San Carlos.
Vale decir que los primeros dentistas de esta Capital, procedían de otros lugares de México y el extranjero. Para 1932 consultaba en esta población el Cirujano Dentista C. Aguilera H. egresado de la Universidad El Salvador, con especialidad en la Universidad Nacional de México. Como en el caso de a mayoría de sus colegas, el consultorio estaba en la calle Hidalgo. Mientras algunos dentistas forasteros permanecían temporalmente en Victoria, otros eligieron radicarse de manera definitiva en esta plaza. Uno de ellos era el Cirujano Dentista Daniel Galeana Rivera de la Universidad de México quien para 1937, anunciaba el cambio de su consultorio.
El especialista en extracciones sin dolor cobraba $2.50 las “Consultas y Curaciones a Toda Hora, Edificio Villanueva Hidalgo 14 y 15, teléfono 181 Rojo.” En la planta baja se encontraban Las Delicias propiedad de Antonio Saeb, vendedor de vinos de la Rioja, frutas secas, dulces, víveres finos y nuez de Monclova. De acuerdo a una fotografía de Cine Teatro Obrero, por esos años se anunciaba un dentista en uno de sus anexos lado poniente.
A principios de 1938, el doctor Galeana comunicó a su estimada clientela la instalación de un moderno gabinete, sillón reclinable de piel, lámpara de iluminación y equipo quirúrgico de última generación. Lo mismo contaba con una sala de espera con muebles adquiridos en La Malinche, lo cual generaba un ambiente agradable y confianza para sus pacientes. Galeana realizó una importante actividad médica y social en Victoria al lado de su esposa Cleofas Ortiz. Fue miembro fundador de la Unión Médica Victorense, socio del Club Rotario, promotor de la Cruz Roja, integrante del patronato Pro-Educación Superior y activista del Patronato Pro-Bomberos.
Por su parte, los doctores Eduardo Gutiérrez Barrientos y Jorge Higareda Marín, arribaron a Victoria en la década de los cuarenta con conocimientos odontológicos más actualizados sobre dientes artificiales, limpiezas y empastes. Originario de Aguascalientes, Higareda instaló su consultorio en la calle 12 Hidalgo y Juárez. Después de ejercer algún tiempo su profesión de Cirujano Dentista, decidió retornar a su lugar de nacimiento. Por su parte el doctor Gutiérrez era originario de Xalapa, Veracruz y se graduó en la UNAM en 1938 durante el gobierno de General Lázaro Cárdenas.
Llegó a tierras tamaulipecas en 1944 en apoyo a la Campaña Nacional Contra el Paludismo y después se incorporó como primer dentista al Instituto Mexicano del Seguro Social, atendiendo en la clínica de Ciudad Victoria consulta a cortadores de henequén y obreros de las desfibradoras. Fue fundador de la Unión Médica Victorense y la Asociación de Dentistas. Instaló su consultorio en la calle Diez Hidalgo y Morelos en el centro de la Ciudad. En 1954 contrajo matrimonio con María Antonia Camacho Camacho y procrearon tres hijos Eduardo Rafael, María Herlinda y María Esther. Radicó el resto de su vida en esta Capital.
Otra de las profesionistas destacadas en esta actividad era María Luisa González Requena, considerada la primera Doctora Cirujano Dentista de origen victorense. Ella realizó estudios en la Facultad de Odontología de la Universidad de Nuevo León, donde se graduó en marzo de 1953 después de realizar su servicio social en el Centro de Asistencia Materno Infantil de Monterrey. Hija de José González y Leonor Requena. Instaló su consultorio en Hidalgo 12 y 13. Durante varios años impartió clases de Biología en la Secundaria Federalizada y laboró en el IMSS. En esa misma época, atendía su consultorio el Médico Cirujano Dentista Casimiro Lavín Toledano, egresado de la Facultad de México. Posteriormente abrió su consultorio en esta capital la doctora Norma Rojas, egresada de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Sucesivamente, iniciaron su labor en Victoria numerosos dentistas para cubrir la demanda de la población, entre ellos Roberto García Saldívar. En este contexto, los integrantes del gremio se incrementaron de tal manera que el nueve de febrero de 1972 bajo el amparo de Santa Apolonia, decidieron fundar la Asociación Dental Victorense acaudillada por José Ángel Montemayor Funoll, José Manuel Tirado Saldívar, Jorge Arévalo, Oscar Gómez, Antonio Ángel Beltrán y otros dentistas. Actualmente su presidenta es Patricia Castrejón.