Samuel Solís, que tuvo una relampagueante participación con los Bravos, equipo que es toda una tradición en los campeonatos infantiles de la Liga Universitaria, siempre mostró sencillez y humildad en cada uno de los partidos que se realizaban en el área de la Villa Deportiva de Tamatán.
Samuel bateaba a la zurda, tenía el tipo de bateo como el zurdo Ángel Castro, pelotero que jugó en la Liga Mexicana con los Alijadores de Tampico y que en una ocasión visitó Ciudad Victoria para ser invitado especial en una ceremonia que se realizó en el parque Victoria, sería por el año de 1956 o 1958 si ya mi cansada memoria no me falla, el zurdo Castro le entregó el trofeo de campeón al güero Francisco Netro Villafuerte que había obtenido el campeonato de bateo en la Liga Municipal. Dicho lo anterior y retomando el comentario de Samuel Solís, radicado en San Antonio, Texas, era un galgo corriendo las bases, jugaba en los jardines y su brazo “equivocado” era certero a las bases.
Era un buen prospecto para la pelota profesional, pero se dedicó más a su preparación académica y forjar su futuro.
Agradecido por haberle dado la oportunidad de jugar beisbol, donó cuatro cascos protectores al equipo Bravos, que mucho habrán de servir a este grupo que vela armas para el Torneo de Distrito.
Samuel es hijo de Navia Saldaña, pitcher de bola lenta y de momento Navia está inactiva, pero sigue activa como aficionada al deporte de la pelota blanda.
Navia, su hija y su sobrina asistieron al Praxedis Balboa para hacer la donación de los cuatro cascos marca Rawlings y los muchachos se mostraron contentos por tan importante gesto de Samuel Solís.
Navia forma parte de una familia muy deportista.
Tiene como hermanas a Charia y Mileva Saldaña.
Chiarita es una buena receptora y Mileva lanzadora de buen control.
Como Samuel radica al otro lado del Bravo recuerda su niñez como beisbolista.
Su hermanita también formó parte de los aborígenes jugando la segunda base y también le arreaba duro a la pelota.
