Alfredo Guevara.-
Cd. Victoria, Tam.-
Para los campesinos que son propietarios de autos o camionetas de procedencia norteamericana será complicado en lo económico, así como en cumplir con los requisitos establecidos en las reglas de operación para su regularización, admitió Raúl García Vallejo.
El Presidente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de Tamaulipas citó que las trabas y reglas complicadas, además del elevado costo que implica la regularización, muchos productores no accederán al beneficio del Gobierno federal.
Y es que la mayoría de los productores que se hicieron de un vehículo de ese tipo no se fijaron, al momento de adquirirlo, si el número de la serie de la unidad es del uno al cinco o si empieza con una letra, “simplemente checaron que coincidiera con la información del título y ya”, indicó.
Aparte de ello, resultará por demás oneroso el tener que trasladar las unidades desde poblados alejados en Miquihuana, Tula u otro municipio, hacia las agencias aduanales de Camargo y Miguel Alemán, ante el riesgo incluso de que “aguante” el vehículo de un extremo a otro.
“Sin ganas de que no se regularicen los carros, aparte, independientemente de lo que cueste, habrá que hacer el traslado de la unidad hasta la frontera. Imagínate un carro de Miquihuana, uno de los municipios más apartados en el área rural, en donde hay un poco más de vehículos americanos”, señaló.
En base a la información obtenida de agentes aduanales, tan sólo ellos cobrarán por extender el documento de importación alrededor de ocho mil 500 pesos, a ello se tiene que sumar el gasto por el traslado, estamos calculando alrededor de 12 mil 500 pesos por unidad, estimó García Vallejo.
Reconoció que será muy difícil cumplir con los requisitos de las reglas de operación del decreto que hoy están publicando para la regularización de los carros.
El dirigente de los campesinos adheridos a la CNC señaló que hay otros impedimentos que complicarán la regularización, tales como el hecho de que el título de la unidad sea amarillo, tenga reporte de siniestro y otras trabas, que, lejos de solucionar, dificulta la regularización.