José Manuel Meza / Hora Cero
Padilla, Tam.- La falta de precipitaciones pluviales en la zona de la presa Vicente Guerrero, en el municipio de Padilla, está dejando al descubierto los sedimentos, las ruinas del antiguo pueblo y las tumbas de sus primeros habitantes.
El sitio de hecho fue la primera capital del estado en 1824, el año que ocurrió ahí un acontecimiento muy importante en la historia nacional, el asesinato del primer emperador mexicano durante los movimientos republicanos de Antonio de Santa Anna.
Aunque Agustín de Iturbide, quien había participado en la Guerra de Independencia de la Nueva España, abdicó al trono y se había exiliado en Europa, retornó al país para avisar de un nuevo plan de conquista, pero fue arrestado y fusilado. Sus restos fueron trasladados a la Ciudad de México.
Pero justamente murió donde muchos años después (en 1968) se construyó una de las presas más importantes que tiene el estado de Tamaulipas, dejando al viejo Padilla como un pueblo fantasma al que solamente se podía acceder a través de embarcaciones.
Sin embargo, la falta de lluvias ha hecho retroceder el agua, pero también que lleguen los turistas, para conocer más acerca del pasado de la región.
Incluso, existen algunos moradores que les tocó vivir el desplazamiento a la nueva cabecera municipal, quedando en la cuenca la famosa iglesia, la plaza donde murió Iturbide, algunas de las calles, las casas y el cementerio.
Por primera vez en mucho tiempo el nivel del embalse desciende a niveles preocupantes, mientras el mundo se asombra por el resurgimiento de este pueblo histórico que ha permanecido debajo del agua por más de 50 años.