Diego López Bernal
Mientras los diputados locales reforman leyes que buscan proteger a los animales, las asociaciones civiles siguen preguntándose quiénes se encargarán de ejecutarlas, pues los actuales reglamentos son leyes muertas.
Como se corrobora todos los días en una avalancha de mensajes en las redes sociales, diversos grupos de personas protectores de mascotas, principalmente de perros y gatos, no se cansan de denunciar el maltrato y abandono de mascotas, además de procurar su rescate y recuperación.
Por su parte, asociaciones civiles dan la cara por todos ellos, exigiendo a las autoridades tanto estatales como municipales para que apliquen el Reglamento para la Protección de Animales Domésticos de Victoria.
Una de ellas es la señora Martha González, quien ha llamado, a través de El Diario de Victoria, al Gobierno municipal para que active los mecanismos necesarios para aplicar dicho reglamento, en beneficio de las mascotas abandonadas en la vía pública.
A propósito de las reformas al Código para el Desarrollo Sustentable y a la Ley de Protección a los Animales, que prevén multas desde 962 hasta 96 mil 220 pesos y arresto hasta por 36 horas para quienes realicen la comercialización o reproducción de perros y gatos en lugares no autorizados, surge el cuestionamiento sobre quiénes se encargarán de sancionar a los infractores.
Por ejemplo, el citado reglamento municipal es claro en señalar que es obligación de los propietarios de mascotas retenerlas dentro de su propiedad, sin embargo, el abandono en la vía pública es el problema más común, que salta a primera vista tanto en las calles como en las redes sociales.
Un reciente post de Facebook que nos comparte la señora Martha González nos da un claro ejemplo de esta situación: “Necesita un hogar. La sacaron a la calle y está desorientada… tiene seis meses máximo”, señala el mensaje con la imagen de una perra de color negro.
Y en los comentarios parece haber más conocimiento del reglamento en la población que en las propias autoridades: “Debería de existir alguna restricción para que no vuelvan a tener un animalito”; “La gente no entiende que cuando se adquiere un perrito también se adquiere un compromiso…”, señalaron algunos usuarios.