Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, afirmó que la confiabilidad de las elecciones en México ya no es un problema, por lo que consideró que “una reforma electoral hoy no es necesaria”, de cara a las elecciones de 2024.
“Nuestro sistema electoral es un sistema funcional. No creo que sea indispensable una reforma electoral, pero si hay una reforma que nos sirva para mejorar nuestro sistema, para continuar ese proceso de cimentación y de robustecimiento de los logros democráticos que hemos alcanzado, pues bienvenida sea, siempre y cuando sea para resolver problemas y no para crearlos donde hoy no los hay”, sostuvo Córdova durante su participación en el seminario Los desafíos de la democracia, a 45 años de la Reforma Política de 1977, la UNAM.
El funcionario explicó que, en caso de que se decida llevar a cabo una reforma, deben cumplirse las siguientes condiciones básicas:
- Que haya un consenso unánime entre los actores políticos;
- Que sea para mejorar el sistema, no retrocesos; y,
- Que sea producto de diagnósticos adecuados; es decir, que esté basada en datos objetivos y no en filias ni fobias políticas.
El jefe del Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador anunció el pasado 29 de marzo que enviaría al Congreso una propuesta de reforma electoral para que “el pueblo” escoja directamente a magistrados y consejeros de la materia, con el objetivo de que se garantice “la democracia en el país y que no haya jueces con actitudes tendenciosas”.
Declaró que su iniciativa contemplará la reducción del número de diputados y senadores, así como recortes a los presupuestos de ambas cámaras.
El mandatario dijo que también podría proponer el convertir al INE en un órgano de alcance nacional, que absorba las funciones de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES), incluyendo la organización de las votaciones locales, como una medida para ahorrar recursos.
Córdova consideró que, aunque el modelo del INE y los OPLES es perfectible, funciona y, “hoy, da cuenta de una realidad incuestionable: las elecciones ya no son un problema en México”.
Señaló que este modelo fue producto del proceso evolutivo que perfeccionó las reglas de la competencia política, explicó “y ha rendido buenos frutos en los más de ocho años que lleva en operación”.
“Hace más de 45 años, antes de la reforma política de 1977, el régimen político era excluyente de las minorías; las reglas de acceso al poder y a la representación popular eran absolutamente inciertas y la única certeza era que siempre ganaba el candidato oficial”, manifestó ante representantes y autoridades de la comunidad académica.
Con información de: aristeguinoticias.com