El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo ayer que sus tropas tomaron con «éxito» el control de la ciudad ucraniana de Mariúpol. Además, ordenó asediar a los últimos combatientes atrincherados en la planta industrial de Azovstal, sin llevar a cabo un asalto.
«El fin del trabajo de liberación de Mariúpol es un éxito», dijo Putin a su ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, en un encuentro difundido por la televisión.
El mandatario ruso también le indicó que prefería asediar a los últimos combatientes ucranianos en la fábrica de Azovstal, porque un asalto se cobraría demasiadas vidas.
La zona está compuesta por una extensa red de galerías subterráneas. «Considero que el asalto propuesto de la zona industrial no es apropiado. Ordeno anularlo», dijo Putin.
«Se tiene que pensar (…) en la vida de nuestros soldados y oficiales, no se tiene que penetrar en esas catacumbas y arrastrarse bajo tierra. Bloqueen toda la zona de tal forma que no pase ni una mosca», ordenó.