Karina Blanco, una joven de 16 años, fue abusada y asesinada en Colombia. Antes de ser interceptada por el homicida, la adolescente pudo avisarle a su familia que la estaban siguiendo y logró enviar una foto de su asesino por Whatsapp.
Entonces, su familia lo encontró y lo mató. Este hecho se suma a un caso similar que tuvo lugar en Venezuela, donde un padre asesinó al violador de su hija.
El cuerpo de la adolescente fue hallado en el río Cáchira, en Norte de Santander. El jefe de la policía local informó que, si bien detuvieron al asesino, un grupo de familiares y vecinos enfurecidos por la situación lo lincharon, causándole heridas mortales.
El cuerpo fue hallado en el río Cáchira, en Norte de Santander. El jefe de la policía local informó que, si bien habían logrado detener al asesino, un grupo de familiares y vecinos enfurecidos por la situación lo lincharon, causándole heridas mortales.
Karina identificó a un hombre que la seguía mientras iba a la escuela y, desde su celular, alcanzó a enviarle una foto del delincuente en cuestión a su familia. Al recibir el mensaje, un grupo de vecinos y familiares salieron en busca de la menor. Horas después la encontraron muerta en el cauce del río, con signos de haber sido víctima de abuso sexual.
César Blanco, padre de Karina, indicó en una entrevista que su hija quería ser psicóloga y comprar una casa para ayudar a su madre. Además, informó que las amigas de la adolescente le comentaron que el asesino la estaba persiguiendo hace varios días hasta que, finalmente, terminó con su vida.