Mario Cruces / El Sol de Tampico.-
Tampico, Tam.- En un 70% de la población femenina consume algún tipo de ansiolíticos, para atacar cuadros de depresión, tristeza, crisis de llanto, nervios e histeria, mismas que son las más afectadas por diversas situaciones que enfrentan en su vida diaria, como problemas económicos, familiares y laborales.
Así lo dio a conocer el Dr. Oscar Pérez Castillo, el cual dijo que, estos fármacos representaban en promedio 15% de los medicamentos prescritos para tratar estos padecimientos, ahora ya representan 30% del consumo, de acuerdo con la Asociación Nacional de Farmacias de México (Anafarmex).
ANSIOLÍTICOS MÁS COMUNES.
El entrevistado comentó que los ansiolíticos más comunes son, el Diazepam, Alprazolam, Lorazepam, Clonazepam, que son utilizadas para ansiedad e insomnio, dependiendo del gramaje prescrito por el especialista, mismos que cada vez son más utilizados por las mujeres.
Recalcó el informe que las mujeres son las que llevan la carga en el hogar y siempre ellas se estresan de forma diara tan solo con organizar la llevada de los hijos a la escuela, la preparación de los alimentos, mantener limpia la casa, administrar el dinero y si le sumamos que muchas trabajan, estas caen en un ansiedad y depresión constante, porque sienten que no les rinde el día.
ACUDEN CON ESPECIALISTAS.
Pérez Castillo explicó que, muchas de ellas acuden con especialistas para ser tratadas y de ser necesario se les receta algún tipo de ansiolítico para controlar su nivel de ansiedad y estrés.
Además, señaló que, para la compra de estos medicamentos, por instrucciones de las autoridades de Salud, se requiere de ciertos requisitos, como la credencial de elector del paciente, datos del doctor que la expide, la cédula, firma, así como explicar a detalle en la receta el tratamiento.
FACTORES DE RIESGO.
Si usan de forma crónica los ansiolíticos, hay riesgo de adicción, de tolerancia y su consumo poco a poco va aumentando provocando sobredosificación, así como una depresión del sistema nervioso central, somnolencia extrema provocando un paro respiratorio.
Los fármacos deben consumirse solamente bajo supervisión y prescripción médica, de forma moderada, ya que el abuso en su uso frecuente ocasiona daños severos a quien los ingiere.
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