A 30 años del asesinato de Rosalino ‘Chalino’ Sánchez, el crimen sigue impune, su música y leyenda viva y su figura, junto a la de muchos más cantantes del regional mexicano, siguen formando identidad en quienes los escuchan.
Chalino ayudó a fijar desde dónde se enuncia el narcocorrido en Estados Unidos y ayudó al proceso de ‘remexicanización’ de segundas y terceras generaciones de mexicanos que vivían allá”.
Nacido en 1960 en Culiacán, Sinaloa, Chalino tuvo que enfrentar adversidades, entre ellas la pobreza y la pérdida de su padre a los seis años de edad.
Con 17 años se mudó a Estados Unidos, en donde tuvo diversos trabajos y donde buscó establecerse, se casó, tuvo dos hijos, pero una tragedia sería la que se cree lo impulsó a componer: el asesinato de su hermano Armando.
Sin una voz privilegiada, pero con un gran talento en la composición, el productor Ángel Sánchez le dio a Chalino la oportunidad de grabar su música en casetes, siendo “El sapo” el primer tema que quedó plasmado, de 13 materiales que haría de 1980 al año de su asesinato en 1992.
Su vida se ha construido a partir de leyendas, se cree que huyó de México tras haber asesinado al abusador sexual de su hermana, que fue en la cárcel donde compuso su primera canción, que junto a su hermano Armando fue “pollero” en la frontera y que incluso llegó a vender drogas.
Con información de: lopezdoriga.com