Javier Aguirre llegó como bombero al Mallorca para salvarlo del descenso y apagó el fuego, lo levantó de los últimos lugares y lo salvó de perder la categoría, luego de ganar 2-0 al Osasuna y con eso mandar a la Segunda División al Granada.
El Mallorca supo jugar con los nervios, fue llevando el juego bajo su plan, entendió que su destino siempre dependió de ellos mismos.
El Vasco vivió un partido diferente en el banquillo, reclamó, gritó, festejó, corrió, sonrió, pero también sufrió, sobretodo al inicio del encuentro en donde los nervios de su equipo estaban a flor de piel y los errores aparecieron.
En el segundo tiempo, ya cuando el reloj podía jugar un papel importante, porque en Los Carmenes el Granada empataba y Cadiz hacía lo mismo con Alavés, el mallorquín infló el pecho se olvidó de la tensión y encontró el primer gol a los 47’.
La anotación de Los Bermellones no cayó nada bien en las otras plazas, los de Aguirre daban un respiro por completo, podían seguir jugando sin importar otros resultados y eso los relajó.
El gol del Cádiz ante Alavés no inquietó en lo más mínimo a los visitantes en el Estadio El Sadar, ellos estaban salvados del descenso y para afirmar su permanencia en el máximo circuito apareció Clement Granier para mandar guardar el balón en las redes de Osasuna.
El segundo gol solo hizo que el Vasco mirara al cielo, suspirara agradeciendo que su equipo se salvó del descenso, que este resultado le da vida tras lo ocurrido con Rayados del Monterrey en la Liga MX.
Ahir. Avui. 𝗦𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲.
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— Real Mallorca (@RCD_Mallorca) May 22, 2022
Con información de: mediotiempo.com