marzo 28, 2024
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mayo 23, 2022 | 1621 vistas

Diego López Bernal.-

Luz Imelda apenas acaba de llegar a la mayoría de edad y afronta una complejidad económica tal vez como ninguna chica de su edad; ser madre a su edad nada de extraordinario tendría, ni siquiera en esta época en que los jóvenes ya suelen esperarse más tiempo para la maternidad y la paternidad.

Sin embargo, tener cuatro hijos a los 18 años sí es todo un reto de vida. Sí, leyó usted bien, esta jovencita victorense se topó con la sorpresa de su vida hace poco menos de nueve meses cuando al estar embarazada recibió la noticia de que tendría trillizos, los que se sumarían a su primer hijo, el cual tuvo apenas a los 16.

Fue el dos de marzo pasado cuando Emma Sophía vio primero la luz de esta vida; tres minutos después Lía Asaret se sumaría a su hermanita, pero faltaba una y unos minutos más tarde Mía Alexandra completó el milagro de la vida en el joven vientre de la madre en el Hospital Regional de Altas Especialidades (HRAE) de Ciudad Victoria: Luz Imelda logró traer al mundo sanas y salvas a las trillizas.

Pero el reto de vida apenas comenzaba y hoy narra junto a su también joven madre lo vivido a El Diario de Victoria para solicitar a la sociedad victorense y de la región, así como a asociaciones civiles, dependencias de los tres órdenes de gobierno y a todos aquellos que puedan echar la mano para sacar adelante a las “tres princesas”, pues en este “cuento de hadas” la dureza de la economía no perdona a esta ahora numerosa familia.

UN ENTORNO COMPLICADO

De entrada, Luz Imelda Hernández Moreno lamenta que no cuenta con servicio de seguridad social alguno; ella llegó para su atención médica de su segundo embarazo al Hospital General de esta Capital, de donde fue remitida al Regional de Altas Especialidades tras ser confirmado que tendría trillizos… Ahí vino un “golpe de suerte” inicial.

La joven madre señala que afortunadamente los médicos del HRAE le informaron que el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi) ofrece un programa federal para brindar atención a este tipo de pacientes, por lo que por el parto y la posterior atención, tanto de ella como de las tres recién nacidas, no tuvo que pagar un solo peso.

Y más valió que así fuera, porque Emma Sophía y Mía Alexadra tuvieron que quedarse internadas 63 días en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), en tanto que Lía Asaret duró 77, de hecho fue dada de alta apenas la semana pasada; pero la atención gratuita por el programa en ese momento terminó.

“Nos habían dicho que duraría unos dos o tres meses más, pero al llegar a las primeras consultas nos ordenaron estudios para Emma y Mía; ahí nos dijeron que ya teníamos que pagar 500 pesos por cada uno de ellos”, platica Luz Imelda sobre la manera en que se enteró de que la gratuidad de la atención terminó.

Aquí comienza una nueva etapa, porque la familia de la joven madre es de escasos recursos; ella en estos momentos vive con sus padres y hermanos, pues el padre de sus hijos no está presente, aunque se comprometió a responder económicamente por las trillizas, sin embargo, su empleo también es de bajos ingresos y no cuenta con prestaciones sociales.

DURA REALIDAD

Al dar de alta a la última de las trillizas y terminar el servicio médico federal la realidad económica termina por golpear las expectativas de la humilde familia, quienes ya han empezado a resentir los altos costos de comida y todo lo que un bebé necesita para su desarrollo… lógicamente, ¡multiplicado por tres!

Además, hay que tomar en cuenta que José Elías, el hermano mayor de las trillizas y de apenas dos años de edad, también depende al cien por ciento de Luz Imelda.

Toda esta dura realidad ha llevado a la joven madre a empezar a realizar diversas actividades para allegarse recursos extras, sin embargo, reconocen que resulta prácticamente imposible para poder costear todo lo necesario para sacar adelante a las trillizas en esta complicada situación económica, pues no está en condiciones aún de trabajar.

Además, aunque tanto Emma como Lía y Mía presentan en general buenas condiciones de salud, a pesar de haber nacido a los siete meses de gestación, las tres enfrentan anemia, mientras que la tercera ha sido remitida a un especialista al Hospital Infantil para ser tratada por un trastorno de la glándula suprarrenal no especificado, además de presentar una hernia umbilical.

Todos estos gastos médicos por venir se suman a los tradicionales, como son la leche, los pañales y lo habitual del cuidado de la salud, es decir, toallitas húmedas, biberones, pañales, ropa, etcétera, lo que lleva a Luz Imelda y a su madre, Nelly Moreno Ríos a solicitar el apoyo de El Diario de Victoria para pedir a la población echarles la mano en estos momentos de dificultad.

APOYO FAMILIAR

Al ingresar a la vivienda ubicada en el fraccionamiento Marte R. Gómez, al sur de la Ciudad, se aprecia que todos están ocupados en algo, sobre todo las mujeres, pues las primeras en salir para atender la entrevista cada una carga una bebé. La cuarta cuida a un par de niños más… Así es la vida en estos momentos en este hogar.

Se trata de una joven abuela que no llega aún a los 40 años, pero que en su rostro muestra la determinación por no dejar sola a su hija de 18 años con este complejo reto de vida; junto a Nelly y Luz Imelda hay hermanas y cuñadas, también se turnan amigas y vecinas, todas con la misión de cuidar con amor a tres pequeñas que no llegan aún a pesar los tres kilogramos.

Es un hogar humilde en donde los rostros de preocupación por la situación económica se entrelazan con las miradas firmes para no dejarse vencer por la adversidad; tampoco hay temor de, con la frente en alto, solicitar la ayuda de la sociedad victorense porque Emma Sophía, Lía Asaret y Mía Alexandra Vidal Hernández valen la pena.

Además, confían en que las autoridades de los gobiernos, ya sean municipales, estatales o federales responderán a su llamado, pues si bien ya tocaron una vez la puerta al inicio de este reto de vida, aún tienen la esperanza de que ahora sí sean escuchadas sus solicitudes, porque saben bien que cualquier apoyo es bueno, dadas las condiciones en las que se encuentran… Hoy es momento de echarles la mano.

………….

Para contactar a la familia de las trillizas se proporciona los siguientes números telefónicos y la dirección, en caso de querer llevar ayuda en especie:

834-129-9245

A nombre de Luz Imelda Hernández Morena (mamá)

834-129-2086

A nombre de Nelly Moreno Ríos (abuela)

Calle Roble #2795

Col. Marte R. Gómez

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