José del Carmen Perales Rodríguez
El incremento de casos de decomiso y detección de cigarros electrónicos también conocidos como vapeadores, que involucran a estudiantes sobre todo de secundaria, es una señal de alarma que no debe desestimarse por parte de las autoridades educativas y de salud.
Miguel Ángel Tovar Tapia, presidente de la Sociedad Estatal de Maestros y Padres de Familia de Tamaulipas (Sempafat), advirtió lo anterior y agregó que es notorio que al menos en la Ciudad se comercializan aparentemente sin control.
«Sabemos de más casos de alumnos a los que les han decomisado estos aparatos, pero que no han salido a la luz pública porque lo abordan de forma interna los planteles dialogando con los padres de familia, pero incluso algunos de éstos ni se sorprenden», comentó.
Sobre esto último, el docente añadió que tiene información que los propios adolescentes convencen a los padres de que se trata de algo no dañino, bajo el argumento de que no contiene nicotina y por ignorancia se les permite sin medir los riesgos a la salud.
«Científicamente e incluso por la propia Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) así lo ha publicado, están comprobados los efectos nocivos a la salud de las sustancias que utilizan estos artefactos, algo que muchos menores y sus padres ignoran», añadió.
En este sentido Tovar Tapia consideró que adicionalmente a la operación mochila para evitar que los menores lleven los vapeadores a las escuelas, se debe hacer una campaña por todos los medios posibles sobre las consecuencias del consumo de esas sustancias.
«Urge informar a los padres y también a los menores, la razón por la que está prohibido a nivel nacional la venta de los aparatos y desde luego las sustancias, pero también es urgente actuar para evitar que se sigan comercializando de forma clandestina como sabemos ocurre en la Ciudad», concluyó.